Tropas y tanques israelíes atacaron la principal ciudad del norte de Gaza desde ambos flancos, tres días después de que iniciaron una gran ofensiva terrestre en el enclave palestino que suscitó más llamamientos internacionales para que se proteja a la población civil.
El Ejército israelí afirmó haber atacado más de 600 objetivos de militantes en los últimos días, mientras ampliaba las operaciones terrestres en la Franja de Gaza, donde la población civil palestina necesita urgentemente combustible, alimentos y agua potable cuando la guerra entra en su cuarta semana.
Los militantes islamistas dijeron que habían repelido un intento de entrada de tanques israelíes en la ciudad de Gaza desde el este y que estaban luchando contra ellos en la frontera con Israel.
"Nuestro deber hoy es luchar y luchar", sostuvo en un comunicado el grupo militante Yihad Islámica, que lucha junto a Hamás, que gobierna en Gaza, y añadió que ahora no era el momento de un alto el fuego.
El Ejército israelí indicó que había matado a cuatro destacados operativos de Hamás. "Las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel mataron a decenas de terroristas que se atrincheraron en edificios y túneles e intentaron atacar a las tropas", aseguró en una actualización.
Ninguna de las partes hizo comentarios sobre los informes de la otra.
Israel renovó las advertencias a la población civil para que se desplace del norte del pequeño enclave densamente poblado hacia el sur, al tiempo que iniciaba a última hora del viernes un avance en Gaza para perseguir a los militantes de Hamás que, según afirma, se ocultan en un laberinto de túneles bajo dicha ciudad.
Muchos palestinos se mantuvieron allí por miedo a quedarse sin hogar como las generaciones anteriores y alarmados por los ataques aéreos israelíes más al sur.
Fadi, que vive en el campo de refugiados de Jabalia, en la periferia del norte de la ciudad de Gaza, y no quiso dar su apellido, dijo que la zona estaba ahora en peligro mortal por la ofensiva terrestre israelí, con tanques retumbando en sus márgenes. Pero prometió no huir.
"Todo el lugar está lleno de gente. Nadie en todo el barrio se ha ido. Nos quedamos", expresó a Reuters por teléfono. "Ya sean tanques o aviones, no habrá otro desplazamiento (de palestinos). Esa es nuestra decisión aunque eso signifique nuestro martirio (muerte)".
Residentes dijeron que las fuerzas israelíes llevaron a cabo docenas de ataques aéreos en el lado oriental de la ciudad de Gaza, y algunos informaron del ruido de tanques rodando en medio de intercambios de disparos. Una publicación en redes sociales parecía mostrar un tanque en la carretera principal de Salahudeen, que conecta la ciudad con el sur del enclave.
Más tarde, los residentes y la oficina de prensa del gobierno de Hamás afirmaron que los tanques habían retrocedido hacia la valla fronteriza fortificada que rodea Gaza. El brazo armado de Hamás dijo que el intenso fuego de mortero les había hecho retroceder y sus compañeros de la Yihad Islámica aseguraron que sus combatientes luchaban allí contra las fuerzas israelíes.
Al oeste, la estrecha carretera costera del enclave fue atacada de nuevo varias veces desde el aire y el mar y desde las fuerzas israelíes sobre el terreno al norte, aseveraron los residentes. Reuters no pudo verificar inmediatamente los informes.
Las autoridades sanitarias palestinas indicaron que los ataques aéreos habían golpeado cerca de tres grandes hospitales en la ciudad de Gaza el lunes. La Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA) declaró que 117.000 civiles se refugiaban junto a pacientes y médicos en hospitales del norte.
Israel acusó a Hamás de situar centros de mando y armamento cerca de los hospitales, algo que el grupo niega.
En el sur, las explosiones de los ataques aéreos sacudieron la ciudad de Rafah, cerca del único paso fronterizo operativo de Gaza, con Egipto, y al este de Jan Yunis, donde los medios de comunicación palestinos dijeron que Hamás se enfrentó a las tropas israelíes.
Israel afirmó que 1.400 personas murieron y 229 fueron tomadas como rehenes cuando militantes dirigidos por Hamás irrumpieron en la frontera y arrasaron ciudades y kibutz israelíes cercanos el 7 de octubre, el ataque individual más mortífero en los 75 años de historia de Israel.
Hamás liberó hasta ahora a cuatro rehenes y dijo que 50 murieron en represalias israelíes.
Las autoridades médicas de Gaza, donde 2,3 millones de personas viven hacinadas en un enclave de 45 kilómetros de largo, declararon el lunes que habían muerto 8.306 personas, entre ellas 3.457 menores.
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