El posible uso de armas químicas podría marcar una nueva fase en la guerra en Ucrania. En medio de las denuncias de Kiev e información de inteligencia de Reino Unido sobre su presunto empleo por parte de las tropas rusas en el este del país, Londres advirtió una posible respuesta de Occidente. El Ejército de Rusia, que niega las violaciones a los derechos humanos, sigue presionando sobre la estratégica ciudad portuaria donde aumentan los ataques aéreos y de artillería.
El conflicto se recrudece en el este de Ucrania con las denuncias de Kiev sobre el presunto uso de armas químicas en Mariúpol por parte de las tropas rusas.
Habrá “una respuesta y todas las opciones están sobre la mesa”, sentenció el ministro de las Fuerzas Armadas británicas, James Heappey, si se comprueba el empleo de agentes químicos contra la población.
Entretanto, las fuerzas ucranianas intentan desesperadamente frenar el objetivo de Moscú de tomar control completo de la estratégica ciudad con salida al mar de Azov.
El Banco Mundial tiene previsto prestar ayuda financiera a Ucrania por valor de 1.500 millones de dólares para ayudar a mantener el funcionamiento de los servicios esenciales, como el pago de los salarios de los trabajadores de los hospitales, las pensiones y los programas sociales.
Al anunciar los fondos en un discurso pronunciado en Polonia el martes, David Malpass, presidente del Banco Mundial, dijo que la organización estaba proporcionando capital de trabajo inmediato a las empresas que proporcionan suministros críticos a Ucrania.
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