El Gobierno de Vladimir Putin reconoce que Rusia está inmersa en su peor crisis en tres décadas debido a las sanciones occidentales sin precedentes tras el inicio de la guerra en Ucrania. El primer ministro, Mikhail Mishustin, dijo que, sin embargo, los intentos de aislar al país de la economía mundial “fracasarán”.
El inicio de la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, también marcó el comienzo de un éxodo empresarial masivo liderado por Occidente como estrategia para “ahogar” la economía de la nación exsoviética.
Después de tomar medidas de control de capital en represalia por las sanciones, haciendo casi imposible que los inversores extranjeros vendan sus activos, el Kremlin hizo un llamado a las empresas para que reconsideren su retiro del país.
“Quiero dirigirme individualmente a las empresas extranjeras desde estas gradas, a las que todavía están pensando en irse (…). Rusia sigue abierta al diálogo constructivo”, expresó el primer ministro, Mikhail Mishustin ante la Cámara Baja del Parlamento.
El funcionario agregó que respetan “el trabajo y el esfuerzo que invirtieron en proyectos en nuestro territorio. Pero si se ven obligados a irse, sus empresas tienen que continuar con sus actividades, porque nuestros ciudadanos están trabajando allí. La protección de sus intereses es nuestra prioridad”.
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