Miles de franceses participaron de un “cacerolazo” en las calles de París y otras ciudades de Francia para protestar contra la reforma previsional, en coincidencia con un discurso televisado del presidente Emmanuel Macron en el que admitió el enojo de la población.
“Aquí cortamos las cabezas de los reyes”, rezaba uno de los carteles de los manifestantes en el distrito XX de París, donde se reunieron centenares de manifestantes mientras el mandatario justificaba en televisión su impopular proyecto que elevó de 62 a 64 años la edad jubilatoria, entre otros puntos.
”Nadie aquí ha escuchado el discurso de Macron, porque Macron no escucha al pueblo, nosotros tampoco escuchamos su discurso. No tengo ni idea de lo que está diciendo ahora”, dijo a EFE la diputada izquierdista Danielle Simonnet, en medio de un ensordecedor ruido de cacerolas.
La protesta se replicó en decenas de ciudades del país.
Como Simmonet, elegida diputada de la Asamblea Nacional en 2022 por la Francia Insumisa como representante de la circunscripción del distrito XX, centenares de vecinos ignoraron lo que tenía que decirles su presidente y ocuparon los aledaños de la junta municipal situado en la plaza Gambetta, de la capital.
Las mismas imágenes se vieron en otros puntos de París y de Francia, donde había algo más de 250 “conciertos de cacerolas” simultáneos convocados frente a los ayuntamientos por la asociación Attac.
En la plaza Gambetta del distrito XX de París, había jubilados, familias con sus hijos pequeños, estudiantes y trabajadores. En la protesta había pocas insignias de partidos políticos o sindicatos.
La heterogénea concentración coincidió en gritar al unísono “Macron dimisión” durante el casi cuarto de hora que se prolongó el discurso del jefe de Estado.
Qué dijo Emmanuel Macron sobre la reforma previsional
En su discurso televisado, Macron aseguró escuchar la “ira” en Francia contra su impopular reforma de las pensiones, pero subrayó que era “necesaria” y que entrará en vigor a pesar de las protestas en el próximo otoño boreal (primavera en Argentina).
”Nadie puede permanecer sordo” a esta “ira” de los manifestantes, dijo Macron en un discurso televisado desde el Palacio del Elíseo. Además, lamentó que no se haya logrado un “consenso” sobre esta reforma clave para su segundo mandato que se extenderá hasta 2027.
Francia vive una crisis política y social desde enero por esta reforma que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.
Pese al rechazo de los sindicatos y de la gran mayoría de franceses, según los sondeos, Macron decidió en marzo adoptar por decreto esta ley, al temer perder la votación en el Parlamento, lo que radicalizó las protestas y acrecentó el malestar.
Para pasar página a la crisis, el jefe de Estado anunció un “nuevo pacto sobre la vida en el trabajo”, que abordará la “mejora de ingresos” y de las condiciones laborales y un “mejor reparto de la riqueza”, entre otros aspectos. Su objetivo es construir este pacto con los sindicatos, a los que dijo que su puerta estará “siempre abierta”.
Pero la oposición no tardó en cuestionar una vez más al presidente. ”Surrealista Macron. Completamente desconectado de la realidad, asume el robo de dos años de libertad. Las cacerolas suenan más acertadas”, dijo el líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon.
”El apaciguamiento había que buscarlo (...) en la reforma de las pensiones. No dijo ni una palabra”, lamentó en la cadena BFMTV el líder del principal sindicato, el moderado CFDT, Laurent Berger, para quien no hubo “nada concreto” en su discurso.