En el corazón de Punta del Este, bajo un cielo que mezcla el lujo y la calma del verano, Marcelo Tinelli se prepara para presentar su propio reality show. Nada menos que una serie que mostrará su intimidad y la de toda su familia y que llega este viernes a Prime Video. De este modo, el conductor de Show Match abre una ventana a su vida personal con el estreno de Los Tinelli. La propuesta no fue difícil de aceptar para él, ya que la exposición de su vida privada fue parte de un proceso que comenzó hace años con las redes sociales.
Sin embargo, no todos los miembros de la familia estuvieron de acuerdo desde el inicio. Francisco, uno de los hijos mayores del empresario, decidió no participar en la primera temporada. “Tiene un perfil más bajo, diferente. Quería ver cómo iba todo antes de decidir si se sumaría en una posible segunda temporada. Lo entendí perfectamente porque lo conozco, y sé que siempre apoya en todo, pero respeta su espacio”, comentó el conductor.
Pero esto no es todo. Entre sus proyectos, el conductor planea un retorno que promete marcar un hito en la televisión argentina. Con la misma pasión que lo llevó a la cima hace más de dos décadas, el conductor trabaja en el posible regreso del emblemático Bailando, en lo que sería su vigésima temporada. Pero esta vez, tiene una visión más ambiciosa: un cierre a lo grande, el “Last Dance”, como él lo llama.
Según detalló, no es cualquier regreso. Este Bailando sería una celebración en todos los sentidos: un homenaje a los 20 años del formato, con una escenografía deslumbrante, un nivel de producción altísimo y figuras que estén a la altura de las expectativas. “Todo tiene que estar en un nivel muy alto. Es una celebración, y quiero que el campeón del Bailando 2025 sea el gran cierre de esta historia”, expresó con entusiasmo.
El proyecto está pensado para culminar en diciembre de 2025, poniendo un broche de oro a dos décadas de éxito televisivo. “Si logramos hacerlo, sería un cierre espectacular. Ojalá se pueda dar”, añadió.
A pesar de las instancias felices que atraviesa, Tinelli no puede escapar de los rumores y tensiones que persisten en torno a su vínculo con San Lorenzo de Almagro, club del cual fue presidente y que lo dejó envuelto en una compleja red de deudas y responsabilidades financieras.
"Me acostumbré a las críticas después de lo que pasé en San Lorenzo. Fue muy injusto todo lo que se dijo. Nunca necesité pedirle dinero a nadie. Doné muchísimo dinero al club, pero nunca fue reconocido públicamente. Y no anduve diciendo nada tampoco. La verdad es que perdí ese dinero y no hubo ni un agradecimiento”, recordó con tono agrio.
El problema más grave, según relató, tiene que ver con las garantías que asumió durante su gestión. “Cuando hacés una operación de un jugador, quedás como garante para que el club cumpla. Ese dinero entró a San Lorenzo, no me lo quedé yo para comprar un auto. Pero cuando dejé de ser presidente, esas garantías siguieron, y el primero al que buscan para cobrarle es a mí”, explicó.
Actualmente, Tinelli está en negociaciones con la dirigencia actual del club para desvincularse de esas responsabilidades. “Es algo que tiene que resolver San Lorenzo porque fue un ingreso y un gasto del club, no mío. Llevo años luchando con esto, pero espero que se solucione pronto. No tengo deudas personales, pero esto ha sido una carga muy injusta”, agregó.
Así, el conductor sigue escribiendo su historia. Entre la televisión y su familia, entre los aplausos y las críticas, Tinelli parece estar preparando su propio Last Dance, una despedida que, como él mismo dice, podría ser su mayor celebración.