La inflación de febrero que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que fue del 6,6% hace pensar en una nueva suba de tasas de plazo fijo por parte del Banco Central (BCRA).
Lo cierto es que, desde septiembre del año pasado, el BCRA no toca el porcentaje de rendimiento de los plazos fijos. En esa ocasión llevó la Tasa Nominal Anual (TNA) al 75% y la efectiva al 107%, lo que garantizó, a lo largo de todos estos meses, una ganancia para el ahorrista del 6,2% mensual. Hasta el mes pasado, cuando la inflación fue del 6%, todavía le ganaba a la inflación (o salió empardado). Pero el dato de febrero rompió esa relación beneficiosa para el ahorrista, que perdió 0,6% contra ese índice.
“El dato del IPC demostró que la situación es mucho más compleja de lo que a veces parece reconocerse públicamente. Estamos en un régimen de alta inflación”, diagnostica a Ámbito el director de Analytica Claudio Caprarulo. Y, en ese entorno, opina que subir la tasa puede ser una señal positiva.
Por qué el BCRA subiría la tasa del plazo fijo
Ante esa realidad, crece la expectativa de que el Central decida este jueves subir la tasa con el objetivo de mantener los pesos en los instrumentos en pesos y desalentar la ida al dólar, que en los últimos días estuvieron calientes, pero también porque el Central tiene que seguir cumpliendo su compromiso con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de mantener una política de tasas positivas.
Ya el mes pasado, en la reunión de directorio posterior a que se conociera el dato de inflación de enero se debatió la posibilidad de una suba de tasas, con voces a favor y en contra sobre la mesa. Algunos integrantes de ese organismo consideraban que era necesario dar una señal fuerte por parte del BCRA para controlar la inflación. Finalmente, se decidió no avanzar en ese sentido, tal como se esperaba en la City.
En el comunicado de ese momento, el BCRA explicó que la decisión se debió a que la aceleración mensual en el ritmo de aumento del IPC se explicó casi en su totalidad por aumentos en las categorías Estacionales (fundamentalmente verduras y turismo) y Regulados (especialmente transporte, gas y comunicación), mientras que la inflación Núcleo, que refleja el comportamiento más tendencial del nivel general de precios, se ubicó en un nivel similar al de diciembre (5,4%, +0,1 p.p.).
Este mes, ese argumento ya no corre porque la inflación núcleo de febrero se ubicó en el 7,7%, muy por encima del rendimiento mensual del plazo fijo. Por lo que, aunque –tal como informó una fuente del BCRA a Ámbito- “aún no se habló el tema en el directorio y las decisiones se toman por consenso”, lo cierto es que es muy probable que haya novedades este jueves sobre las tasas.
Algunos argumentos en contra de la suba de tasas
Sin embargo, el economista de la consultora Invecq Juan Pablo Albornoz explica que, “si la decisión del BCRA de mover o no la tasa de política monetaria (y también las tasas mínimas de plazos fijos) se basara únicamente en argumentos inflacionarios, todavía tiene motivos para no subirla”.
Y es que señala que la tasa de política monetaria rinde una TEA del 107%, por debajo de la inflación pasada, que es del 102,5% y, más importante aún, sigue arriba de lo que espera el REM, que proyecta una inflación mensual promedio de 5,9% para los próximos 7 meses y una anual de 100% para 2023.
Suba de tasas del plazo fijo: en cuánto se elevaría
Pero, advierte que “la macro está dando señales muy claras de que la nominalidad se te está descontrolando”, por lo que considera que, por más de que la tasa esté un par de puntitos básicos arriba de la inflación que espera el REM, “no moverla, con la aceleración inflacionaria que se está viendo y el deterioro actual del panorama cambiario puede ser un paso en falso”.
En igual sentido, el economista de Equilibra Lorenzo Sigaut Gravina plantea que, “si el BCRA realmente quiere ser agresivo, tiene espacio para subir la tasa, con una núcleo que está por encima de 7%”. Sin embargo, contempla la posibilidad de que se establezca que la inflación de febrero es parte de un shock de reacomodamiento del precio de la carne. Y es que, según fuentes oficiales, carnes explicó 1,3 puntos porcentuales de los 0,6 del nivel general, en tanto que otros alimentos, como por ejemplo, verduras desaceleró. Asimismo, en la aceleración de 2,3 puntos porcentuales de la núcleo, carnes explicó 2 puntos.
Sin embargo, Sigaut Gravina espera que, más allá del elemento transitorio de la carne del mes pasado, “también es esperable que vaya a dar elevado el dato del índice de precios en marzo”. Así, todo indica que la intención que se planteó en la mesa en febrero por parte de algunos de los miembros finalmente se concretaría este mes y el BCRA subirá este jueves la tasa de política monetaria y del plazo fijo. La duda, entonces, es en cuánto lo haría.
Albornoz apunta que “teniendo en cuenta que el Tesoro convalidó tasas cercanas al 119% (TEA) y que las LELIQ rinden 107%, el BCRA tiene margen para subirla”. Recordemos que el Central se maneja desde julio de 2022 con un corredor de tasas en el que los rendimientos del Tesoro hacen de techo.
Buteler anticipa que “se habla de que subiría el rendimiento del plazo fijo unos 5 puntos para garantizar una tasa positiva, luego de la inflación de febrero”. Y lo mismo estima el director de CyT Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, quien sostiene que “por lo menos deberían elevar la tasa a 80% nominal anual”.
Si la lleva a ese nivel, el rendimiento mensual se ubicaría en torno al 6,66%, empardado con la inflación de febrero. “En ese caso, estaríamos hablando de un retoque marginal”, aclara Sigaut Gravina. En tanto, si se busca dar una señal más contundente, debería elevarla en 7 puntos, de modo que llegaría al 82% y garantizaría un rendimiento mensual del 6,8%.