El Gobierno avanza en la instrumentación de un bono de fin de año para trabajadores del sector privado -unas seis millones de personas en todo el país- con el propósito de paliar la pérdida del poder adquisitivo provocada por el aumento de la inflación.
Alberto Fernández cedió ante la presión ejercida por el kirchnerismo para implementar una suma fija y delegó el tema en los ministros Sergio Massa (Economía) y Kelly Olmos (Trabajo), quienes mantendrán una reunión la semana entrante.
El Gobierno busca tener un fin de año tranquilo y juega sus fichas a Massa para que la población llegue con cierto aire económico a diciembre. Bajo esa premisa prepara un ingreso extra que partiría, según trascendidos iniciales, de un piso de $30.000.
Esa fue la cifra acordada por los gremios estatales UPCN y ATE en la paritaria con el Estado nacional, que reúne a 3,3 millones de agentes públicos.
“Aún no está definido el monto ni el universo a cubrir”, señalaron a TN fuentes con llegada a la Casa Rosada. Tampoco hay precisiones -por el momento- sobre si el bono alcanzará a sectores informales de la economía.
“Entendemos que hay que cumplir la palabra y hacer un esfuerzo mucho mayor. La gente tiene que tener más plata de lo que la inflación le saca. Sergio (Massa) está pensando con Cristina (Kirchner) en una suma fija. Están pensando y armando una propuesta para que aquellos que perdieron con la inflación puedan recuperar su nivel de consumo”, planteó Eduardo “Wado” De Pedro el miércoles.
El ministro del Interior y hombre fuerte de La Cámpora argumentó que “el mercado, las pymes, los comercios; todo funciona cuando la cosa se mueve”. Y agregó: “Muchas pymes nos dicen que le pongamos plata en el bolsillo a la gente porque les compran a ellos. Ese mecanismo funcionó. Mauricio Macri dice que hay que ajustar más rápido. Bueno, eso ya se hizo muchas veces y no funciona”.
Olmos confirmó la iniciativa este viernes, aunque aclaró que no se trataría de una suma fija, sino de un bono de fin de año. En declaraciones a Futurock, aseguró que “está en la mesa de negociación” y es uno de los instrumentos que manejan como alternativa para morigerar los efectos de la alta inflación.
“Lo que más me preocupa es que ese bono pueda favorecer también a los trabajadores informales, donde es difícil llegar con derechos”, añadió la titular de Trabajo.
Tras la presión K, el Gobierno busca llegar a más gente con un ingreso extra
En un escenario signado por la pérdida de poder adquisitivo, Massa anunció una serie de medidas que buscan generar un marco de previsibilidad en el bolsillo. Por un lado, el bono de $45.000 para indigentes -al que ya se anotaron más de 100.000 personas- que se pagará en dos cuotas entre noviembre y diciembre.
El “refuerzo alimentario para adultos sin ingresos” -así es su nombre oficial- se abonará en dos cuotas de $22.500, y está destinado a personas de entre 18 y 64 años que no perciban ingresos, asistencia del Estado o tengan bienes registrados. La primera cuota se abonará a partir del 14 de noviembre y la segunda en diciembre.