Luego del infructuoso derrotero del proyecto que presentó el Gobierno en el Congreso a comienzos de junio para crear una nueva alícuota del impuesto a las Ganancias a las empresas que hayan tenido rentas inesperadas, Alberto Fernández aseguró que le insistió al ministro de Economía, Sergio Massa para que vuelva a impulsar la iniciativa.
Tras el revés en la Cámara de Diputados al artículo que proponía que los trabajadores judiciales paguen el impuesto a las ganancias en el marco del tratamiento del Presupuesto 2023, el Gobierno volverá a la carga desde el poder legislativo para aplicar la alícuota con la que esperan que 350 empresas lo paguen y aporten US$1000 millones a la recaudación.
“El domingo charlé con (Joseph) Stiglitz y (Mariana) Mazzucato y los dos hablaban de hacer un impuesto a la renta extraordinaria. Les dije que tengo ese proyecto en el Congreso y no lo tratan”, indicó Alberto Fernández.
“Hay una serie de sectores, no todos, que tuvieron ganancias por la pandemia, los laboratorios, y por la guerra, alimentos y energía”, añadió el Presidente.
“No es gravar toda la ganancia, es gravar la ganancia que excede al promedio que venía ganando la empresa”, explicó el titular del Poder Ejecutivo.
“Eso sí tiene un sentido redistributivo y de justicia. En verdad, ayer lo hablaba con Sergio (Massa), deberíamos volver a impulsar ese proyecto, porque creo que es justo. Alguien repentinamente por una pandemia o por una guerra empieza a beneficiarse económicamente, no ha hecho nada, no ha invertido, las circunstancias cambiaron y gana”, argumentó Alberto Fernández.
“Sin invertir, sin hacer algún cambio de políticas, cambia el mercado y tiene una ganancia imprevista”, insistió el Presidente de la Nación.
¿Qué es la “renta inesperada”?
El Gobierno buscó capturar la “renta inesperada” meses atrás, en épocas de Martín Guzmán como ministro de Economía, producto de la suba de precios internacionales por la guerra entre Rusia y Ucrania, aunque incluyó para que paguen este impuesto las empresas que tengan rentabilidad operativa mayor al 10% sin importar el origen de ese margen.
En otras palabras, plantearon fuentes oficiales por ese entonces, se trataba de una alícuota extra para empresas grandes en las que los precios de lo que venden haya aumentado mucho más que sus costos de producción.
El gravamen tenía por objetivo pagarse por todo el ejercicio fiscal 2022 y, según se planteó en el proyecto, iba a ser por única vez. Como sucede en el impuesto a las ganancias “general”, también se preveía el pago de anticipos y retenciones.