Gestionar un almacén y vender mercadería en el actual contexto de crisis económica es todo un desafío hoy. La caída de ventas en estos establecimientos oscila entre el 17% y 20% a nivel nacional, según la Federación de Almaceneros de Buenos Aires (FABA) como consecuencia del deterioro del poder adquisitivo. Y, a la par, se incrementa con fuerza la modalidad del fiado. En los comercios de proximidad se refleja la peor cara de la crisis, dado que son los locales los que suelen acudir a comprar alimentos y productos de primera necesidad los sectores sociales más bajos, que son los más afectados por la inflación.  Luego de un primer trimestre marcado por la licuación de los ingresos, la recuperación de los salarios es insuficiente y heterogénea. En este sentido, el Gobierno puesta a revitalizar un bolsillo por medio de la continuación del sendero desaceleración de inflación como única medida prácticamente. El mercado no reniega de esta meta, pero sí cuestiona las expectativas del ministro de Economía, Luis Caputo, de alcanzar el 1% en septiembre o incluso 0% a fin de año. De todos modos, la inflación acumulada hasta junio de 79,8% e interanual de 271,5% bastó para debilitar los ingresos de la población.