El Gobierno activó una suba de la tasa de interés de referencia del Banco Central del 48% para evitar que los rendimientos en pesos queden atrás de la expectativa de suba de precios para los próximos meses. El directorio del BCRA reajustó la tasa con la que maneja su política monetaria en 200 puntos básicos, mientras que el ministerio de Economía dio pistas de que haría lo mismo con el interés que pagan los bonos y letras del Tesoro que ofrece a los inversores en sus licitaciones quincenales.
El Poder Ejecutivo trabaja con una expectativa de inflación anual cercana al 60%, y esa será la referencia que utilizará para alinear el esquema de tasas de interés en moneda doméstica. El primer paso fue esta tarde, pocas horas después de que el Indec dio a conocer el IPC de abril, de 6%, cuando la autoridad monetaria decidió subir 200 puntos básicos (2 puntos porcentuales) la tasa de política monetaria, que pasó de esa manera de un interés nominal de 47% a 49% y una tasa efectiva entonces cercana al 60 por ciento.
La tasa que se aplica a los plazos fijos, por su parte, quedó en 48% anual de manera nominal, y de forma efectiva anual (es decir, renovando cada 30 días el capital y los intereses), de 60,1 por ciento. Para los depósitos mayoristas, superiores a los 10 millones de pesos, la tasa nominal quedó en 46%, lo que implicaría una efectiva de 57,1 por ciento.
Quedará para las próximas licitaciones de deuda en pesos que encare la Secretaría de Finanzas, un alza de los rendimientos en moneda doméstica en la oferta que hace de manera quincenal a los inversores en la plaza local. Al menos esa es la expectativa del mercado, que considera que las tasas del Tesoro están más atrasadas que las del Banco Central en relación con la inflación esperada.
El propio ministro de Economía Martín Guzmán dio una pista, hace algunos días ante la platea empresaria de AmCham, sobre una posible suba de tasas para los activos en pesos. “Es importante que se vaya reduciendo la financiación del Banco Central al Tesoro convergiendo a cero de una forma que sea factible”, dijo, en un principio.
“Si lo hiciéramos demasiado de golpe implicaría hacer algo en lo fiscal que sería desestabilizante para la recuperación. Junto a ello, una estructura de tasas de interés reales que fortalezcan la demanda por activos en nuestra propia moneda”, continuó.
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