El Banco Central (BCRA) tomó dos decisiones clave que cambiaron la perspectiva de los ahorristas en las últimas dos semanas. La primera, estuvo vinculada a la baja de las tasas de interés el 18 de diciembre pasado, que llevó la Tasa Nominal Anual (TNA) del plazo fijo tradicional al 110% (desde el 133%). La medida implicó que el rendimiento mensual de esos instrumentos quedara negativo frente a la expectativa de inflación, que ya se ubica entre el 20% y el 30% para el mes pasado.
El ocaso del plazo fijo tradicional no estuvo únicamente vinculado a la baja de la tasa. Desde la consultora LCG, señalan que se trata de una tendencia "de varios meses antes" y que se intensificó desde noviembre". La aceleración de la inflación ya desde entonces estaba marcando una señal de necesidad de cambio en la estrategia para la inversor.
En contraposición, según datos del mercado, desde el 15 de diciembre las colocaciones del plazo fijo UVA aumentaron un 76%.
Al observar esta migración del plazo fijo tradicional al UVA, el Banco Central sumó otra medida: confirmó la modificación del plazo mínimo y dispuso que los depósitos se deben realizar a 180 días con posibilidad de precancelarlo a los 30. Esto implica que si un ahorrista realiza un plazo fijo UVA precancelable recibirá la tasa de interés establecida para esta herramienta financiera, la cual quedará a disposición de cada banco, dado que se eliminó la tasa mínima. Esto también generó cierto desincentivo para quienes también observan los movimientos del dólar y buscan cubrirse con el mejor instrumento que tengan al alcance.
Plazo fijo UVA vs dólar: entre el costo de oportunidad y la emergencia de la inflación
En principio, hay que decir que el plazo fijo UVA tiene la ventaja de que sigue la inflación y otorga un +1% anual. Suele ser una buena opción para perfiles conservadores.
“El stock de plazo fijo UVA prácticamente se duplicó durante diciembre. Pero fueron desincentivados con medidas como la quita de tasa mínima de precancelación o la extensión del plazo mínimo de permanencia a 180 días. Teóricamente habría menos cantidad de inversiones con posibilidad de inmovilizar el capital por tanto tiempo”, expresó Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, en diálogo con Ámbito.
El economista Federico Glustein, por su parte, aportó que el plazo fijo UVA cubre contra la escalada inflacionaria pero no otorga una “rentabilidad real”.
En ese sentido, remarcó que el congelamiento de fondos por 180 días hizo que el costo de oportunidad de esos seis meses “sea elevado”.
Dólar: qué se espera para los próximos meses
Para Glustein, “si evaluamos ese plazo de inversión, es conveniente ajustarse a instrumentos dolarizados para los próximos 2 o 3 meses, en los cuales es esperable que se dé una suba debido a varios factores: alta inflación vía pass through de la devaluación de diciembre; un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario (FMI) que sostiene el tipo de cambio alto y un Gobierno que, en varias oportunidades, habló de los términos de intercambio favorables, es decir, explotar aquello que otorga divisas y la mejor forma de estabilizar es con tipo de cambio alto”.
“Es por eso que el crawling peg de 2% se queda corto para febrero y podría haber una liberación del tipo de cambio. Entonces, para los próximos 2 o 3 meses, mejor instrumentos dolarizados, que se podrían combinar con otros, como los bonos CER”, concluyó.