Desde que en apenas días el precio de la carne pegó un salto de 50% en el mercado de Cañuelas tras la asunción del presidente Javier Milei y el anuncio de devaluación el 13 de diciembre, la cotización del kilo de novillo inició un recorrido inverso, que dejó el valor en el punto de partida anterior a la corrección cambiaria. Ese proceso fue algo más lento pero de todos modos bien marcado en los últimos días. Tras la disparada, que llevó el valor en el mercado de hacienda de $1.500 a $2.250 el kilo, el precio inició un sendero de corrección a la baja tras la falta de convalidación de esos precios en las carnicerías. Así, cinco días después de la abrupta suba, el precio ya había recortado el aumento a la mitad. Desde la semana pasada, frente a la caída del consumo, siguió cayendo el valor y, a los valores que se negociaron ayer en Cañuelas, el precio ya se ubica por debajo del lunes 12, el inicio de la gestión del actual Gobierno. El dato, más allá de la buena noticia para los consumidores, aporta un alivio importante para el índice de inflación que presentará diciembre, que las consultoras estiman en torno a 30 por ciento. Esto porque cada 10% que aumenta el precio de la carne, la inflación acusa un impacto de casi 1 punto. Es decir que en los últimos días, se “neutralizaron” casi 5 puntos de inflación. Parte de esa presión se reflejará, de todos modos, en el indicador de este mes pero la baja descomprime marcadamente la inercia para el mes próximo.
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