El plan de emergencia que puso en marcha el equipo económico apuntó específicamente a lograr rápido estos resultados. Al establecer un dólar oficial muy alto y al mismo tiempo habilitar que un 20% de las exportaciones se pueda liquidar a través del Contado con Liquidación era prácticamente un hecho que habría fuerte presión bajista para los dólares financieros. A tal punto se siente esta mayor oferta de divisas que el CCL llegó ayer a perforar los $ 900, impulsando a la baja también al dólar MEP que cerró a $ 940. El dólar libre, en cambio se mantuvo más firme y finalizó a $ 995. Es posible que el inicio del período de vacaciones mantenga a este último un poco más sostenido, ante la necesidad de conseguir dólares para viajar a cualquier destino internacional. No es lo único que mantiene las cotizaciones bajo control. Además, el mercado importador sigue virtualmente paralizado y recién ayer se conoció cuál será el nuevo sistema de registro. Pero aún cuando se ponga en marcha, el Central entregará dólares en cuatro cómodas cuotas y un plazo total de 120 días, por lo que la demanda de divisas se irá regularizando a cuentagotas. En estos niveles, la brecha ya quedó a punto de perforar el 10%, al confluir dos factores: la suba del tipo de cambio oficial hasta los $ 800 y la caída de los dólares financieros. Esta evolución aumenta la ilusión de una posible unificación cambiaria, que podría ocurrir antes de lo previsto: algunos creen recién a fines del primer semestre y otros creen que será posible en marzo o en abril.
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