De acuerdo a los últimos datos oficiales, en octubre el precio promedio de los cortes de carne vacuna que mide el INDEC se ubicó 13,7% por encima del nivel general de inflación en el acumulado interanual. Un hecho que, en un contexto de caída del poder adquisitivo, posiblemente se verá reflejado en un menor consumo.
Y es, según advierten analistas y referentes del sector, un escenario que podría sostenerse durante 2024. Es que en los próximos meses podría sentirse el impacto de la sequía en la oferta de ganado para la faena, un hecho que traccionará los valores al alza y que, una vez más, se reflejará en un menor consumo.
“Es muy posible que haya nuevos aumentos antes de fin de año. Y que se sostengan durante el verano, por falta de oferta de hacienda. También, si las cosas son tal cual las pronostica el próximo presidente, es que vamos a tener meses muy duros, es muy probable que el consumo per cápita caiga. Eso lo iremos viendo mientras se van sucediendo los meses: no va a caer abruptamente, tampoco en diciembre, pero seguramente en enero va a haber una caída del consumo”, señaló a Ámbito Miguel Schiariti, director de la Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne (CICCRA).
Aunque aclaró: “La caída del consumo no sólo va a estar dada por el aumento del precio de la carne, sino también por el aumento de los precios de la economía. Los ingresos de los trabajadores van a sufrir en función de los aumentos de todos los precios de la economía: esto va a hacer que caiga el consumo, no sólo de carne sino de otros productos también”.
El aumento del precio en diciembre puede estar relacionado con una mayor demanda estacional que convalidaría la suba en el precio de la hacienda. De hecho, en el último mes se observaron subas promedios en torno al 23%.
“En el corto plazo, creo que la suba tuvo mucho más que ver con la 'prevención' de un eventual cambio en el tipo de dólar y un eventual cambio relativo de los precios. Por lo tanto, las faenas tuvieron una caída significativa por una prevención del productor de quedarse con los animales hasta por lo menos la semana siguiente a la asunción del nuevo Gobierno, a la espera de los eventuales cambios en las políticas públicas. La caída de la oferta y la suba de los valores de las últimas tres semanas, desde mi punto de vista, no tienen otra explicación que esa”, explicó el consultor ganadero Víctor Tonelli.
Carne, precios y consumo: qué esperar en 2024
Según el análisis de Tonelli, es probable que no se vea una caída drástica en la oferta de animales al menos hasta finales de febrero o marzo del año próximo. “A partir de ahí sí diría que visualizo una caída en la oferta importante. Me refiero a un nivel anualizado equivalente a 7 u 8 kilos menos por habitante por año. Si entendemos que, en definitiva, la oferta total a lo largo del 2023, incluyendo la exportación, era del orden de los 70/72 kilos/habitante anual”.
Una menor producción, de la mano de un eventual mejor escenario para exportar, redundaría en menor oferta interna. “En función de lo que este Gobierno está anunciando como medidas, tales como la reducción de la brecha cambiaria o la quita de restricción a las exportaciones, diría que probablemente el faltante va a pegar más en el mercado interno que en la exportación”, señaló el especialista a Ámbito quien, además, estimó “una recuperación de los valores de la hacienda de exportación y una faena de animales más pesados”.
“La parte negativa de este escenario, que deriva de la liquidación del 2023 y ya que los procesos biológicos no permiten una rápida recuperación de la oferta, es que va a faltar carne en el mercado interno. Y, por lo tanto, la carne en términos relativos se va a encarecer”, explicó Tonelli, quien concluyó: “Hoy, efectivamente, la carne ha recuperado un valor alto. Pero en nueve de los doce meses del 2023 fue muy barata, corriendo por detrás de la inflación. En cualquier caso, es un dato que proviene de alguna manera de los estragos que hizo la sequía, que envió a animales muy jóvenes a la faena y a los corrales e impidió el proceso de recría que hace que los animales pesen más a la faena. Ese conjunto de impactos de la sequía, sumado a la sobre liquidación de vacas, son las que van a faltar en 2024 y 2025. Además, por efecto de la sequía, van a faltar probablemente un millón y medio de terneros. Todo eso va a afectar en la oferta, probablemente a partir de marzo e impactará también en 2025, en menor escala, pero habrá efecto residual”.