Las reservas llegan a las elecciones PASO 2023 en una situación crítica. El impacto de la sequía, junto con la falta de acuerdo con el FMI, se hicieron notar en las arcas del Banco Central (BCRA), que están en niveles mínimos para los últimos siete años.
A tres semanas de las primarias, las reservas sufrieron una caída de US$19.393 millones o 43,5% desde diciembre del año pasado. Así, cerraron el viernes en US$25.205 millones, un nivel que no se registraba desde enero de 2016. Se trata de la peor dinámica preelectoral para una elección presidencial desde que se establecieron las PASO, en 2009.
Al contrario de la caída que se registró este año, en la previa a las dos PASO presidenciales inmediatamente anteriores, las reservas del BCRA habían aumentado:
A tres semanas de las primarias de 2019, las reservas acumulaban un alza de US$2814 millones en el año (que se traducía en una suba 4,3%) y estaban en un nivel de US$68.600 millones. Por aquellos días, precisamente, habían ingresado US$5300 millones provenientes del acuerdo que se firmó con el FMI. Antes de ese desembolso, las arcas del BCRA acumulaban en el año una caída de US$2218 millones.
En el mismo período de 2015, en tanto, las reservas habían sumado US$2446 millones (un crecimiento acumulado anual de 7,8% hasta ese momento) para llegar a esta altura del año en US$33.853 millones.
Las reservas solamente retrocedieron en la previa de las PASO presidenciales de 2011 cuando, a tres semanas de concurrir a las urnas, las arcas del BCRA habían perdido US$201 millones en comparación con el nivel registrado a fin del año previo. No obstante, la merma fue de apenas 0,4% del total, muy por debajo de la situación vista en 2023.
En qué se fueron las reservas del BCRA este año
Según los datos oficiales, los casi US$20.000 millones de reservas que se perdieron este año se utilizaron de la siguiente manera:
Unos US$8000 millones se usaron para pagar vencimientos con organismos internacionales, en particular, con el FMI.
Alrededor de US$4000 millones se perdieron por las ventas (de dólares y yuanes) en el mercado cambiario, para abastecer la demanda importadora y los pagos de energía.
Cerca de US$3200 millones fueron usados en operaciones con el sector público, es decir, que el BCRA se los vendió al Tesoro, por ejemplo, para hacer pagos de deuda a los bonistas.
Unos US$1700 millones se perdieron por el desarme de encajes que se correspondió con la disminución registrada en los depósitos en dólares (por los que los bancos deben inmovilizar una parte en el BCRA).
Otros US$1800 millones que se fueron por “otras operaciones”, un rubro amplio donde se incluyen varios tipos de usos, entre ellos, la intervención en el dólar financiero con reservas.
Al momento de explicar las razones que derivaron en el drástico recorte que tuvieron las reserva en 2023, Andrés Borenstein, economista jefe de Econviews, sostuvo: “Lo importante es el cepo, no las Primarias. Con restricciones cambiarias, siempre se pierden reservas si se dan dos condiciones: que el cepo se mantenga por mucho tiempo y que la brecha sea muy grande”.
Si bien en 2015 regía un cepo estricto, el especialista recordó que en ese momento la distancia entre el precio del dólar oficial y el tipo de cambio alternativo no era tan amplia como este año. “Lo relevante es la probabilidad de modificación de régimen cambiario. Si hay expectativas de un cambio, hay más incentivo para importar que para exportar. Además, la sequía metió la cola”, cerró.