El Gobierno enfrenta esta semana un nuevo frente de conflicto gremial. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) inicia un plan de lucha escalonado, que incluye paros y una movilización, ante la falta de acuerdo paritario con el sector empresario.
La UOM reclama un aumento del 10% para recuperar la pérdida contra la inflación del segundo trimestre del año, más un 30% acumulativo a partir de julio; un bono de $60.000 por el Día del Metalúrgico para septiembre y la aplicación de un 30% por zona desfavorable para los trabajadores de la Patagonia.
Las cámaras empresarias del sector contraofertaron aumentos no acumulativos del 14% para julio, 8% para agosto y 8% para septiembre, tomando como base los sueldos de junio, propuesta que fue rechazada por el gremio, que anunció un plan de lucha.
“Una parte del sector empresario -plantado sobre la depresión real del salario producida durante los sucesos extraordinarios ‘macrismo-pandemia’- pretende perpetuar un proceso de acumulación donde la realidad social, política y económica nacional se desacople del destino de sus empresas y los bajos salarios constituyan el secreto a voces del aumento de sus riquezas”, reclamó el gremio encabezado por el dirigente kirchnerista, Abel Furlán.
Qué reclama la UOM y cómo serán las medidas de fuerza
Según denunció el gremio, “por primera vez, en los 80 años de historia de la Unión Obrera Metalúrgica, el trabajador percibe un salario por debajo de la canasta básica alimentaria y apenas encima del salario mínimo, vital y móvil, luego de aportar 189 horas mensuales de fuerza de trabajo a la producción industrial”.
El segundo tramo de las negociaciones paritarias anuales del sector metalúrgico lleva cinco encuentros sin lograr un acuerdo y para este jueves está prevista una sexta reunión en el Ministerio de Trabajo, pero esta vez será con la medida de fuerza en marcha, que podría levantarse si la cartera que conduce Kelly Olmos dictara la conciliación obligatoria.
“Habiéndose agotado la paciencia de quienes nos sobran días para llegar a fin de mes, de quienes trabajamos más y ganamos menos, vamos a luchar por la recuperación del salario y el valor de nuestro trabajo como la base de la dignidad del ser humano”, dijo la UOM en un comunicado y acusó que “prevalece la avaricia, la insensibilidad y el egoísmo del sector empresarial”.
Para el gremio, el incremento no acumulativo, del 14% para julio, 8% para agosto y 8% para septiembre propuesto por los empresarios, es “escaso, insensato e inoportuno, sin posibilidad de recuperación frente a la inflación e ignorando toda voluntad de recomposición del poder adquisitivo”.
Ante esta situación, anunció un Plan Nacional de Lucha bajo la consigna “Primero la dignidad”, que incluye un paro nacional y movilización al Edificio Catalinas para este martes, de 10 a 21; paro nacional de 48 este miércoles y jueves, y un paro nacional por 72 horas, para el miércoles, jueves y viernes de la semana próxima.
Qué respondió el sector empresario
En el sector empresario el malestar es creciente. Por un lado, porque creen que hay intencionalidad política detrás de la inflexibilidad de la UOM, pero además porque consideran que para las pymes el pedido de aumento y fundamentalmente el bono extra son imposibles de afrontar.
“Nuestro objetivo siempre fue mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores sin perjudicar la continuidad del sector productivo, pero la UOM hizo un pedido desmesurado sobre la base de la inflación medida y se mostró combativo y sin miras a una negociación, rechazando la mesa de negociación en el ámbito ministerial”, dijo el presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (CAMIMA), José Luis Ammaturo.
Según el dirigente empresario -miembro también de las comisiones directivas de la UIA y de la UIPBA-, “otorgar un 43% en julio por solo un trimestre y en un solo tramo destruiría económica y financieramente a las pymes” y consideró que “el bono es una imposición que nada tiene que ver con una recuperación salarial”.
“Lamento profundamente el daño que posiciones intransigentes hacen a la economía y a los ingresos de los trabajadores, posiciones que tiene que ver más con la situación política del país que con cuestiones gremiales vinculadas a mejorar el ingreso salarial de los trabajadores”, apuntó Ammaturo.
Furlán, secretario general de la UOM, es uno de los dirigentes sindicales más cercanos a Cristina Kirchner. Fue quien organizó su reaparición pública tras el intento de atentado que sufrió el 1 de septiembre y tiene vínculos con La Cámpora.