El gasto público devengado de junio registró una baja del 13,3% real en relación a igual mes del año pasado y fue, excluyendo enero, el nivel de reducción más importante en lo que va de 2023.
Las estimaciones son de la consultora Analytica, que planteó que “se retoma la tendencia del ajuste” del gasto. En el primer semestre las erogaciones de la Administración Pública Nacional cayeron 10,4%. Los datos ponen de manifiesto el esfuerzo en el plano fiscal que procura llevar adelante el Ministerio de Economía, respaldado en parte por el efecto de licuación de la inflación sobre los pasivos del Estado.
No obstante, hay que tener en cuenta que el devengado registra el nivel de ejecución de las partidas presupuestarias en el punto en que se genera el gasto, pero no implica que el mismo se haya pagado. Eso se refleja en el dato “base caja”, que es el que realmente mira el Fondo Monetario Internacional y corre por un camino paralelo, aunque también va marcando un sendero de descenso.
El reporte muestra que el Gobierno arrancó el año con un fuerte ajuste de 14,6% real en enero, pero que luego se fue relajando a lo largo de los primeros meses del año, coincidiendo esto con datos de mayor actividad económica. La baja fue del 4,6% en febrero, 6,3%; marzo, 11,4%; abril y 11,9% en mayo.
Desde ese aspecto, el equipo de funcionarios que buscará cerrar en los próximos días un acuerdo con el FMI tiene como carta a favor el hecho de que el Gobierno está tratando de corregir las cuentas con algo más de austeridad que durante 2022, pero que el problema central viene por el lado de la caída de la recaudación de impuestos por efecto de la sequía.
La baja del gasto real en junio se concentró esencialmente en las partidas de subsidios, sobre todo los energéticos. Sin ello, el gasto habría bajado solo 7,6%.
Analytica destacó que “entre las partidas con mayores ajustes respecto de 2022 figuran los subsidios económicos (38%), en particular los destinados a la energía (41,7%)”. En sentido inverso y, principalmente, por las obras para la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, el mes pasado se registró un incremento del 22,5% interanual en el gasto de capital, con aumentos del 5,3% en construcciones y del 51,2% en las transferencias de capital.
No obstante, si se analiza lo ocurrido en la primera mitad del año, el gasto de capital tuvo una reducción interanual de 12,7%. Está claro entonces que el Gobierno puso todos los recursos disponibles para la obra inaugurada el pasado 9 de Julio.
El informe precisa que las transferencias a IEASA registraron en la primera mitad del año un incremento de 718% que se corresponde con las obras de finalización de ese proyecto. Fuera de ello, las erogaciones en obra pública se vienen contrayendo desde el año pasado. Si se compara el período comprendido entre agosto 2022 y junio 2023, la caída es del 41% interanual.
De cara a las negociaciones con el FMI, el economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, Eugenio Marí, señaló que para lograr un acuerdo el gobierno argentino y el organismo deberían concentrarse en el aspecto fiscal. En medio de una campaña electoral, señala que Sergio Massa tiene escaso margen político para ensayar algún tipo de programa de estabilización. Marí opinó que “es casi imposible que se pueda avanzar en el aspecto cambiario, pero sí se puede en el del déficit fiscal”.
La sociedad de bolsa Portfolio Personal Inversiones (PPI) plantea, en cambio, que para poder profundizar el recorte del gasto público habría ya que llevar a cabo un cambio estructural del mismo. Bajo el actual formato “no se vislumbran líneas relevantes del gasto para recortar sin ajuste estructural, también inverosímil en contexto electoral”.
- Economia