Los bonos vienen teniendo un incremento de precios considerables en las últimas semanas. El AL30 uno de los bonos más operados en la Argentina, tuvo un incremento del 50% desde sus mínimos de US$20 hasta los niveles actuales de US$30. En esta nota, mostraremos cómo es el funcionamiento y las características que el inversor debe considerar antes de ir por estos títulos.
Estos instrumentos financieros llamados bonos son emisiones de deuda de organismos estatales, ya sean nacionales, provinciales o municipales, con el fin de obtener financiamiento para aplicarlos en nuevos proyectos como también para refinanciar deudas existentes. Otro punto para destacar es que las empresas también pueden emitir deuda, aunque en este caso la definición adecuada es obligación negociable.
Para iniciar en nuestro análisis, debemos considerar que cuando compramos bonos u obligaciones negociables, le estamos prestando dinero a una entidad, ya sea el estado o una empresa. Este punto no es menor dado que una de las cuestiones centrales en el análisis de estos instrumentos es la capacidad crediticia que tenga el emisor. ¿Le voy a prestar plata a una persona que sé que no me va a pagar? ¡NO!, bueno con un bono pasa exactamente lo mismo. No le voy a prestar plata a una empresa que tiene problemas de solvencia y por ende no voy a comprar un bono de esta empresa.
Dado este punto, la primera acción que debo considerar antes de adquirir un título de deuda es el análisis de la capacidad de pago que tenga la empresa o el Estado en cuestión.
El segundo punto a estudiar es la moneda de pago que tenga este bono. En la Argentina, tenemos una interesante diversidad de títulos con diversas características:
Bonos en pesos: Son bonos que se operan en pesos y pagan una tasa en pesos o en algunos casos una tasa variable más un % fijo. Ejemplo: Badlar + 3%. En este caso, el Bono le va a pagar al inversor la tasa Badlar , que es la tasa promedio de plazos fijos superiores al millón de pesos de bancos privados más un 3%.
Bonos dólar linked: Esta clase de bonos le permite al inversor cubrirse de una devaluación del tipo de cambio oficial. Muchas empresas invierten en este tipo de bonos ante la expectativa de una futura devaluación.
Bonos hard dólar: Son los bonos denominados en dólares, los cuales pagan una renta y una amortización en dólares. Algunos ejemplos de estos bonos son el AL30 y el GD30. Con estos bonos el inversor también puede adquirir dólares por bolsa, llamado Dólar MEP.
Bonos CER: Estos bonos buscan aumentar sobre la base de la inflación futura, para eso se actualizan con base en el índice CER, que busca replicar la inflación. Algunos ejemplos son los bonos TX26 y TX28.
El tercer punto a considerar luego de decidir el emisor, tras analizar su calidad crediticia y la moneda o el tipo de ajuste que va a tener el bono en cuanto a la expectativa que el inversor tenga, es la duration del bono, es decir, el promedio ponderado de los flujos de fondos del bono.
En situaciones normales a mayor duration, mayor es el riesgo que el inversor asume al tener más incertidumbre en el futuro y también mayor es el rendimiento potencial que puede llegar a obtener.
Por otro lado, si el inversor es más conservador, puede optar por vencimientos más cortos es decir duration más chicas, donde los flujos futuros sea más recientes bajando el riesgo del bono.
Un aspecto clave es la necesidad de contar una Alyc para poder operar en el mercado de capitales. Son intermediarios financieros en los que el inversor debe abrir una cuenta comitente, es decir, una cuenta de inversión para iniciar en la operatoria de bonos.
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