Las reservas internacionales del Banco Central sufrieron una caída estrepitosa de US$ 2.851 millones luego de que la Argentina le pagó al FMI.
A pesar de que el pago se efectuó en yuanes y DEG, la moneda del Fondo, el impacto en las reservas se produjo igual, ya que esa variable clave contabiliza las divisas en moneda china y en derechos especiales de giro del FMI. El viernes las reservas cerraron en 27.933 millones de dólares.
Según analistas, las reservas de libre disponibilidad del BCRA ya opera con un nivel negativo cercano a los 5.000 millones de dólares, lo cual refleja la debilidad de la Argentina, que busca cerrar con urgencia un anticipo de crédito por parte del FMI.
Son datos que marcan el nivel de deterioro al que se llegó, pese a los nuevos desembolsos del Banco Interamericano de Desarrollo, por US$ 157millones, y el Banco Mundial, por US$ 900 millones, anunciados en las últimas horas para tratar de compensar parte del declive de las reservas del BCRA.
La autoridad monetaria debió asistir al mercado en la semana con unos US$ 126 millones, monto 30% inferior al de las dos semanas precedentes.
En cambio, logró quedarse con el 9% de los dólares negociados en el segmento de contado (considerando el volumen de US$ 318,7 millones registrado).
De esta manera, elevó el total perdido por esta vía en el mes hasta los US$675 millones (el año pasado había comprado uS$727 millones).
Esto implica el mayor rojo para junio en tiempos de la administración Fernández, el tercero más elevado para un mes en lo que va del año (considerando los US$1920 millones cedidos en marzo y los US$ 890 millones vendidos en febrero) y el peor resultado por este tipo de operaciones desde junio de 2018, cuando, en medio de la corrida cambiaria desatada, al BCRA se le esfumaron US$ 1.269 millones.
Además, ya perdió de este modo en intervenciones sobre el mercado más de US$ 450 millones en lo que va del año.
La debilidad del BCRA hace que el mercado se mantenga expectante a las novedades en las negociaciones con el FMI y a posibles medidas intentando “administrar” esta crisis para evitar cualquier evento disruptivo en los meses electorales.
De allí que se cuenten los días para tener el desembolso trimestral comprometido en el acuerdo con ese organismo (equivalente a poco más de US$ 4.000 millones y previsto para mitad de mes), pero además se especule con la posibilidad de aplicarle un impuesto cercano al 30% a las importaciones cuyos pagos aún puede cursarse por el MULC (para desalentarlas, encareciéndolas) o con el lanzamiento de un posible dólar soja 4.
En ese sentido, el fuerte repunte que mostró el precio internacional de la soja trepaba US$ 27, tras un informe que reveló que en Estados Unidos había menos área sembrada que lo esperado.
Esto podría ayudar a alentar la liquidación de granos locales, tomando en cuenta que los productos buscarían por esta vía ganar liquidez (en un contexto de tasas para financiarse en pesos que se mantiene altas por la penalidad que impuso al sector el BCRA, pese al malestar al respecto en Economía) para enfrentar los gastos de la campaña de cara a la cosecha fina.
La jornada mostró además un aumento de los volúmenes operados en los mercados de futuros, ante el cierre de posiciones del mes, lo que hizo que se negocie el equivalente a US$ 2.432 millones en el Matba/Rofex y US$ 314,7 millones en el MAE.
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