De no mediar inconvenientes, Martín Demichelis será el reemplazante de Marcelo Gallardo en el banco de River y el actual entrenador del Bayern II llegaría al cuadro de Núñez con un perfil similar al del Muñeco en cuanto a la filosofía: el valor a las divisiones menores y la formación de juveniles, y el respeto y la disciplina como bases del éxito.
Demichelis se auto-describió, en un diálogo con Tiempo Argentino en enero del año pasado, como un entrenador cuyo objetivo es pura y exclusivamente la formación -siendo el DT de las divisiones menores del club bávaro- y explicó: "Los principios y lo humano están muy por encima de cualquier sistema y de los resultados. Poder trabajar sin depender de los resultados, va mucho más allá. Si acompañan, siempre es beneficioso para el estado de ánimo. Aunque, muchas veces, trabajar con dolor y bronca, con inquietudes y algún tipo de duda buena para mejorar, aporta muchísimo más al crecimiento".
En cuanto a la tecnología en el deporte, Micho destacó el aporte que hace a la rapidez de análisis y al área de scouting, y a la síntesis que necesitan hoy los jugadores por ser "más impacientes por todos los entornos: las marcas deportivas, los representantes y los padres". Además, el ex-zaguero remarcó que hoy los chicos nacen con un celular, el Instagram y con el "verse constantemente", y añadió: "Les falta esa hora extra, ese tiempo de ocio para poder incorporar calle y potrero, esas horas en las que el jugador aprende con la pelota pero sin el estrés que inculca la competencia de ser constantemente el mejor".
Además de la formación de juveniles, otro pilar fundamental en la conducción de Demichelis es la disciplina y se manifestó intolerante al respecto: "Si tengo que quitar a mis dos mejores jugadores el día antes del partido por un problema de indisciplina, lo hago".
"Dentro de la disciplina, la palabra más importante es el respeto. Por la institución, por la historia, por los compañeros, por el entrenador. Una vez aceptado y puesto en práctica desde cada posición, todo se facilita. ¿Cómo lo logramos? Marcando las reglas de juego, siendo claro desde el primer momento, honesto y exigente, y también muy cercano a los jugadores, a la familia, a cualquier situación que un jugador vive a diario. Los cambios de emociones de los chicos por las presiones que hay desde todos lados se multiplicaron. El respeto tiene que quedar en el centro de la mesa", sentenció.
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