Mientras baja la bronca y la desilusión por la eliminación en la Copa Libertadores, en River hay un tema que empieza a resonar con fuerza: el futuro de Miguel Borja. En realidad, la carta de "qué pasará" con el colombiano es un rumor o una especulación más externa que otra cosa, efecto directo de la reprobación del Monumental al ser reemplazado contra Atlético Mineiro, porque internamente no hay dudas: quieren que siga y ya están trabajando en ello.
En concreto, los dirigentes riverplatenses pusieron manos a la obra para renovar su contrato y rever algunas condiciones puntuales, teniendo en cuenta que caduca en diciembre de 2025. En un momento complejo de la convivencia del colombiano en Núñez, puertas adentro tomaron cartas en el asunto y le dieron un fuerte espaldarazo tomando esta decisión, que en principio el jugador ve con buenos ojos.
¿Cómo es esto? Desde los altos estratos de River pautaron una reunión con el representante de Borja (viajará rumbo a Buenos Aires por este motivo) para los próximos días con el objetivo de ofrecerle la extensión de su vinculo y así echar por tierra cualquier versión errónea sobre su continuidad, muy cuestionada por los hinchas en función de su bajo rendimiento desde que asumió Marcelo Gallardo.
Uno de los ítems principales a tratar en el cónclave, además de lo económico y la cantidad de años a firmar, tiene que ver con un inciso particular que tiene el vínculo actual del delantero que preocupa a Jorge Brito y compañía: su cláusula de salida. La letra chica estipula que la misma es cada vez más baja conforme al paso del tiempo y, en consecuencia, para 2025 (su último año) será bastante accesible para los poderosos.
Cuando Borja llegó a Núñez en 2022, se determinó que la cifra de la cláusula no sea fija, sino que fuera modificándose en forma decreciente a medida que corrieran los tres años y medio de vínculo. Y los números son los siguientes: el equipo que hubiera querido llevarse al N°9 hasta el 31 de diciembre de 2023, tenía que desembolsar diez millones de la moneda estadounidense; ocho millones hasta el 31 de diciembre del 2024; y serán cuatro millones desde Año Nuevo hasta el último día del 2025.
En otras palabras, cuando el calendario se renueve y pise el 1º de enero, la cláusula del colombiano de 31 años será de US$4.000.000, algo que en Núñez quieren renegociar para evitar que sea una tentación -y accesible- para los clubes de mayor poderío económico del exterior.
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