Después de 20 años Talleres volvió a la Copa Libertadores. A pesar de su presente inestable en el torneo doméstico, el equipo cordobés inició su participación en el Grupo H del certamen internacional con la ilusión de imponer su juego frente a la Universidad Católica.
La cantidad de simpatizantes que colmaron el Mario Alberto Kempes fue una muestra de la expectativa que generó el espectáculo continental. Sin embargo, cuando la pelota comenzó a rodar fue el equipo chileno el que intentó adueñarse del pleito.
Además, antes del primer cuarto de hora Ramiro González Hernández debió abandonar el compromiso debido a una lesión muscular y Pedro Caixinha agotó una variante con el ingreso de Gastón Benavidez.
A pesar de las adversidades, el conjunto liderado por el estratega portugués se animó a tener mayor protagonismo con una propuesta mucho más agresiva que su rival. Una proyección de Enzo Díaz que terminó con un centro al arco fue el primer aviso de La T. El sonido metálico del travesaño paralizó a Sebastián Pérez y unos instantes después, Héctor Fértoli concretó la primera conquista de la noche con un remate que dejó sin posibilidades al arquero. La habilitación de Matías Esquivel fue clave en el grito del ex Newell’s y Racing.
La diferencia puso ampliarse de inmediato a través de un violento cabezazo de Matías Catalán. El defensor ganó en el territorio enemigo y con un potente frentazo sorprendió a Pérez, quien de milagro logró desactivar el peligro con la ayuda del palo. Antes de que finalizara la etapa inicial, el dueño de casa había hecho los méritos suficientes para justificar la victoria parcial.
En el complemento no se modificó la tendencia del choque. Una volea de Catalán que rebotó contra la base del poste pudo ampliar la diferencia, pero la fortuna volvió a estar a favor del elenco andino. Sólo por la suerte, que parecía estar del otro lado de la Cordillera, la Universidad Católica seguía con vida en Córdoba.
Si bien en el cierre el combinado chileno se acercó a la zona de Guido Herrera gracias a los ingresos de Diego Buonanotte y Diego Valencia, Talleres justificó el triunfo por la notable tarea de Federico Girotti, las proyecciones de Catalán y el equilibrio de Rodrigo Villagra. En la tierra del fernet y la Mona Jiménez, los hinchas tuvieron motivos de sobra para celebrar. Después de dos décadas, la T volvió a la Copa Libertadores con una alegría.
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