El entrenador de River, Martín Demichelis, tuvo una rápida revancha, luego de la dura goleada sufrida en Brasil ante Fluminense, a raíz de la victoria de su equipo en su primer Superclásico en el banco de los suplentes, en un encuentro en el que tuvo varios aciertos y una idea más ambiciosa que la del Boca de Jorge Almirón.
Pese al escandaloso final, con varios expulsados y un inmenso tumulto en el campo de juego del estadio Monumental, se vio un notable desahogo de Demichelis al culminar el duelo, con un efusivo abrazo con el mediocampista Enzo Pérez incluido, en medio de la celebración por el triunfo.
Es que el técnico del "Millonario" pasó de ser rotundamente aplaudido a fuertemente criticado: la derrota en Brasil, con errores marcados en sus decisiones, complicó el andar de River en la Copa Libertadores y puso en tela de juicio, para propios y extraños, el proyecto del reemplazante de Marcelo Gallardo.
No obstante, el equipo de Demichelis este domingo superó a Boca tanto en lo futbolístico como en el marcador, con el gol agónico de Miguel Borja de penal en los últimos minutos, y se afianzó como el líder absoluto de la Liga Profesional con nueve puntos de ventaja sobre su escolta, San Lorenzo, que se enfrentará mañana con Defensa y Justicia.
River dominó el primer tiempo con holgura y, aunque fue más peleada por la intención de Boca de adelantarse en la cancha, también protagonizó la segunda parte sin pasar sobresaltos.
Además, el técnico acertó con el cambio del delantero Pablo Solari por el mediocampista Rodrigo Aliendro, quien no mostró su mejor cara y fue amonestado de forma temprana, por lo que caminaba por la cornisa hasta la modificación.
A Solari, que tuvo un remate en un palo en una chance clarísima, le hicieron la falta del penal y Borja, que también había entrado desde el banco, fue el encargado de cambiarlo por gol para darle aire a un Demichelis que metió un pleno y se llevó los tres puntos en su primer Superclásico como DT.
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