El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, atraviesa su pico de popularidad desde que inició su tercer mandato, con una aprobación del 51% que lo posiciona como el líder más valorado de Sudamérica. La mejora coincide con el lanzamiento de nuevas políticas sociales y una agenda económica orientada a reducir la desigualdad.
El repunte se da tras varios meses de tensión comercial con Estados Unidos por los aranceles al acero brasileño y en un contexto de reformas fiscales que buscan ampliar la recaudación entre los sectores de mayores ingresos. Según el relevamiento, la desaprobación de Lula se mantiene en torno al 48%, cinco puntos menos que a comienzos de año.
El sondeo forma parte del estudio LatAm Pulse, elaborado por la consultora AtlasIntel y difundido por Bloomberg, que midió la aprobación de los principales mandatarios de la región.


