Estados Unidos volvió a ejercer su derecho de veto sobre una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto el fuego en Gaza, la liberación de los rehenes israelíes por parte de Hamás y la entrada inmediata de ayuda humanitaria a la Franja.
El documento fue presentado por los diez miembros no permanentes del Consejo -Argelia, Dinamarca, Eslovenia, Grecia, Guyana, Pakistán, Panamá, Corea del Sur, Sierra Leona y Somalia- y recibió el apoyo de los demás miembros permanentes, Rusia, China, Francia y Reino Unido, con la excepción de Estados Unidos, que impidió su aprobación.
La representante estadounidense, Morgan Ortagus, justificó el veto señalando que la resolución “no condena a Hamás ni reconoce el derecho de Israel a defenderse, y legitima erróneamente narrativas falsas que lo benefician”. Ortagus remarcó que Hamás es responsable de iniciar y mantener la guerra, y sostuvo que el conflicto podría terminar si el grupo libera a los rehenes y renuncia a las armas.