Las violentas protestas contra las redadas migratorias iniciadas en Los Ángeles, donde rige un toque de queda nocturno, se extendieron a otras grandes ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Chicago, Denver, Las Vegas, Atlanta, Filadelfia, Boston y Washington.
En Texas, el gobernador republicano Greg Abbott, aliado de Donald Trump, desplegó la Guardia Nacional para contener las movilizaciones que también estallaron en ese estado fronterizo con México y con una gran población latina.
Los Ángeles vivió su primer toque de queda desde el inicio de las manifestaciones, en un intento de las autoridades locales por frenar los disturbios. La medida rige entre las 20:00 y las 06:00 del día siguiente.
Agentes armados, varios de ellos a caballo, patrullaban cerca de los edificios gubernamentales. Los comerciantes tapiaron las vidrieras para protegerse de posibles actos vandálicos.
La policía detuvo a varias personas y utilizó balas de goma para dispersar a un grupo de cientos de personas reunidas en el centro de la ciudad. El toque de queda abarca una sección de 2,5 kilómetros cuadrados del centro. La ciudad de Los Ángeles abarca casi 1295 kilómetros cuadrados.
