Rusia llevó a cabo una serie de ataques con drones y misiles contra Ucrania, afectando principalmente Kiev y la ciudad portuaria de Odesa. Los reportes de las autoridades ucranianas indican que los bombardeos resultaron en la muerte de al menos tres personas y dejaron más de una decena de heridos.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, describió el ataque a Kiev como "uno de los más grandes" desde el inicio del conflicto. Denunció que las fuerzas rusas emplearon más de 315 drones, en su mayoría modelo Shahed, y siete misiles. En un mensaje publicado en redes sociales, Zelenski afirmó que dos de los misiles utilizados fueron fabricados en Corea del Norte, y sostuvo que "los ataques rusos de misiles y Shahed son más fuertes que los esfuerzos de Estados Unidos y otros en todo el mundo para forzar a Rusia a la paz".
