En el universo de Netflix, una nueva serie despierta pasiones y debates. El drama español Olympo se metió de lleno en el top global de visualizaciones y no por casualidad: lo tiene todo. Amor, tensión, traiciones, cuerpos al límite y un centro de alto rendimiento donde lo emocional pesa tanto como lo físico.
Este nuevo fenómeno internacional no se queda en la superficie. Muestra los rincones oscuros del deporte juvenil de élite con una narrativa cargada de suspenso, que mantiene al espectador expectante hasta el último segundo. Ideal para maratonear, incomodar y discutir.
Olympo sigue a un grupo de jóvenes atletas que viven y entrenan en el CAR Pirineos, una institución ficticia donde la excelencia es una orden, no una opción. Entre presiones, ambición y un ritmo de vida implacable, los protagonistas deben enfrentar no solo competencias, sino también sus propios fantasmas.
La trama se activa con un evento crítico: una nadadora se desmaya durante una práctica. Desde ese momento, todo se vuelve sospecha, y Amaia, la protagonista, comienza a investigar. Empiezan a saltar secretos, estrategias oscuras y conflictos éticos que podrían destruir carreras y amistades.
La serie no se limita al drama individual. Cada personaje representa un dilema distinto. Desde la presión psicológica y el dopaje, hasta la homofobia y la masculinidad tóxica, el guion no esquiva ningún tema espinoso. Olympo se mete en la cocina de la competitividad extrema, donde el "todo vale" también pasa factura emocional.
