En un contexto de alta tensión financiera, con las tasas de interés de corto plazo escalando hasta un alarmante 80% anual en el mercado de cauciones, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), bajo la presidencia de Santiago Bausili, implementó una medida de emergencia para evitar un desborde: la apertura de una ventanilla de liquidez para bancos.
Esta iniciativa, anunciada de manera informal en la antesala de una crucial licitación de deuda del Tesoro, busca proporcionar alivio al sistema financiero mediante la oferta de pases activos respaldados por Letras del Tesoro de plazos superiores a 60 días, con el objetivo de moderar las tasas y estabilizar el mercado.
Sin embargo, la estrategia, diseñada contrarreloj para contener un espiral de costos de financiamiento, podría generar efectos colaterales, incluyendo un repunte en el valor del dólar que amenazaría la frágil estabilidad macroeconómica. La ventanilla de liquidez permite a los bancos acceder a fondos del BCRA a través de pases activos, utilizando como garantía Letras del Tesoro suscritas en licitaciones primarias con vencimientos mayores a dos meses. Este mecanismo, que opera a una tasa alineada con la Tamar (la referencia para depósitos mayoristas) más un spread, tiene como propósito inyectar liquidez al sistema bancario, que enfrenta una escasez aguda de pesos en un contexto de alta demanda de instrumentos de corto plazo.
