La desigualdad cedió levemente hacia fines de 2024, pero sigue siendo tan alta como lo fue durante el segundo trimestre de 2021, teniendo siempre en cuenta que el segundo y el cuarto trimestre son comparables debido a que no tienen incluido el medio aguinaldo. El coeficiente de Gini, que mide el ingreso per cápita familiar de las personas en el total de los 31 aglomerados urbanos, se ubicó en 0,430, mientras que en el cierre de 2023 se posicionó en 0,435, apenas por encima.
En paralelo, se conoció que la pobreza afectó al 38,1% de la población argentina, con un 8,2% en situación de indigencia. De esta manera, mostró una baja respecto al primer semestre del año pasado, cuando se conoció que más de la mitad de la población era pobre (52,9%), pero también frente al mismo período del año pasado, cuando la pobreza alcanzó al 41,7% de los habitantes.
A fines de 2023, la pobreza afectó a unos 19,5 millones de personas, mientras que en el último semestre de 2024 alcanzó a 17,9 millones. Las cifras oficiales indican que unos 1,6 millones de personas salieron de la pobreza entre el segundo semestre de 2023 y el de 2024. Esta caída de la pobreza, según explican los especialistas, está aún relacionada con la baja de la inflación.
En las series estadísticas de los últimos años, estos datos todavía son altos: "La desigualdad de ingresos se encuentra hoy en niveles superiores a los de hace 50 años", explica Argendata, reservorio de datos de Fundar. En esa línea, se destaca que la métrica fluctuó significativamente en las últimas cinco décadas, alcanzando picos en las dos crisis económicas más severas, como lo fueron la hiperinflación en 1989 y la crisis de la convertibilidad en el 2001-2002. En aquel momento, el coeficiente de Gini se ubicó en 52,3 y 53, respectivamente.