Hay muchos debates sobre el uso de los dispositivos, la edad en la que es recomendable que dispongan de su celular propio y otros temas acerca de la tecnología en los niños. Entre otros motivos, por eso se han desarrollado algunas aplicaciones de control parental para evitar que se vuelvan adictos al uso de la misma a través de una determinada aplicación o sitio web que quedan expuestos a contenido inapropiado.
Y muchos lectores se preguntarán: ¿cuál es la mejor edad para el primer teléfono móvil de un niño? Pues bien, que un niño tenga un teléfono inteligente a los 9 o a los 13 años no depende tanto de la edad como sus necesidades, y por supuesto circunstancias. Y eso quienes mejor lo conocen son los padres.
¿Es mejor a los 9 o a los 13 años? Si un niño tiene claro cómo comportarse, hábitos saludables, se relaciona con normalidad, ¿por qué ponerle una edad concreta para tener teléfono móvil? Si no ha sido a la edad de 9-10 años, es bastante probable que con el paso a la educación secundaria, la entrada en la adolescencia y una vida social más intensa e independiente, los niños/as argumenten que todos sus compañeros de clase o amigos ya tienen su celular móvil.
Recomendaciones si se tiene un menor con celular
Nunca hay que olvidar que son los menores quienes deben llevar las riendas de su vida e ir sabiendo cómo manejar el uso del móvil y otros dispositivos, siempre y cuando uno esté a su lado enseñando estos puntos. Porque si hacen las cosas porque un padre o madre los está controlando o vigilando, el día que no se haga no sabrán cómo actuar.
Los hijos e hijas en el fondo quieren que un padre le ayude a hacerlo, que les acompañemos en el camino, aunque se revuelvan en el proceso. Está claro que uno como padre lo está haciendo por ellos, porque se les quiere y cuando se les pide con cariño se dejan. Ellos no saben y uno tiene que ayudar.
Por lo tanto y sin más rodeos, los padres deben tener en cuenta unos criterios de uso de los celulares y dispositivos, con la ilusión del principio están dispuestos a casi todo, como pueden ser:
- Tiempo de uso en casa.
- Utilizarlo en zonas comunes de la casa.
- No hacer uso de el en la habitación con la puerta cerrada.
- Los padres se deben interesar por los juegos y aplicaciones que les gustan a los hijos.
- Establecer el horario de cuándo se enciende por la mañana y se apaga por la noche.
- Tener un sitio común para cargarlo con el resto de celulares familiares.
- En las comidas, los celulares alejados de la mesa (por ejemplo, poner todos los smartphones en una caja).
Asimismo, los padres siempre deben tener en cuenta que muchas veces su hijo podrá encontrarse con situaciones controvertidas, mensajes inadecuados o información confusa. Una buena idea es plantear diferentes escenarios y tratar de resolverlos. Cuantos más se imagine, más herramientas se tendrán para que el hijo sepa cómo actuar en estos casos.
Muchas veces los niños que tienen problemas de adicción con las tecnologías cuentan con comportamientos difíciles fuera de este mundo, algo que se debe tener mucho en consideración.
Por otra parte, si un hijo es una persona alegre y confiada, con altas capacidades para socializar así como con una conducta adecuada, es probable que sea responsable con el uso de su teléfono. No hay que asustarse ni desesperarse. Es cuestión de límites y mucho diálogo.