Desde hace ya unos años se ha venido implementando en algunas instituciones de Colombia un modelo educativo que incorpora sistemas de inteligencia artificial, realidad aumentada y virtual y otras tecnologías de modelado 3D, todo con el fin de mejorar la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. Esto ha recibido el nombre de neoeducación.
La inclusión de estas nuevas tecnologías en los mecanismos educativos también busca replantear algunas prácticas tradicionales como por ejemplo los tiempos y duración de los estudios, pues ahora quienes buscan formarse profesionalmente necesitan obtener sus títulos en tiempo récord y no se pueden permitir los típicos recesos de las universidades.
Respecto a esto, Luis Carlos Gutiérrez, vicerrector de investigación de la Universidad de San José explica que con este nuevo concepto se pretende utilizar días festivos y eliminar los períodos vacacionales de 2 meses cada semestre, de esta manera se logrará optimizar el tiempo y los estudiantes tendrán la oportunidad de ingresar al mercado laboral rápidamente. El académico también comenta que si se modifican estos periodos curriculares, una carrera tecnológica se podrá culminar en 10 meses y un pregrado en solo 2 años.
Y es que estas nuevas propuestas educativas también buscan dar una solución a algunos obstáculos a los que se enfrentan las personas que desean estudiar virtualmente, pues a pesar de hacerse uso de las tecnologías y el internet, en estos espacios digitales se continúan estableciendo horarios académicos inamovibles que resultan difíciles de cumplir para algunos estudiantes.
La inteligencia artificial es una de las innovaciones que pretenden solucionar los inconvenientes de la educación tradicional, Luis Gutiérrez asegura que esta tecnología se ha venido implementando ampliamente en atención a usuarios en sistemas BPO, bancos y otros espacios virtuales, pero es algo que se debería extender a la educación.
Respecto a lo anterior, tanto en Colombia como en el resto de los países de América Latina algunas plataformas web de educación e instituciones que han decidido migrar a los espacios digitales, han venido desarrollando sistemas de agentes virtuales que funcionan en tiempo real, de esta manera si los estudiantes presentan alguna inquietud, el “chatbot” se conectara con las bases de datos de la universidad o colegio en cuestión y responderá a los estudiantes sus preguntas inmediatamente, como si se tratara de un profesor o tutor académico disponible las 24 horas de los 7 días de la semana.
Otro aspecto clave de la neoeducación es la accesibilidad que propone ofrecer respecto a las típicas instituciones educativas, pues supone que desde cualquier lugar una persona que cuente con internet podrá acceder a una basta oferta académica sin necesidad de mudarse a las grandes ciudades.
Sin embargo, la neoeducación no es un término nuevo, sino que desde hace unos años se ha venido hablado de esta evolución en los sistemas de aprendizaje dados por la tecnología. Es por ello que los gobiernos de los países ya reconocen en mayor o menor medida esta tendencia, por ejemplo en el caso de Colombia, su Ministerio de Educación ya avala de manera formal algunos títulos universitarios dictados on-line.
Así mismo, otro aspecto que caracteriza a este modelo educativo es la cantidad de contenido al que los estudiantes podrían tener acceso, pues los libros y materiales de estudio serían ilimitados al hallarse de manera digital, además, se actualizarían frecuentemente.
Vale la pena mencionar, que además de estudios superiores, en internet se encuentra una infinidad de cursos de diferentes disciplinas, incluso estas fueron las primeras propuestas de formación educativa en la web y es gracias a ellas que con el tiempo surgieron programas universitarios impartidos digitalmente en su totalidad.
Finalmente, Luis Gutiérrez señala que así como lo han hecho los neo bancos, se debe dejar atrás la mentalidad de que las universidades se resumen en el espacio físico que poseen, y dar el paso a un nuevo concepto alojado en la web, es decir, la neoeducación.
- Tecnología