Las estafas relacionadas con criptomonedas son una de las formas más comunes de fraude financiero. Promesas de dinero fácil, rendimientos garantizados y oportunidades sin riesgos son algunas de las estrategias que los estafadores emplean para atraer a sus víctimas.
Según la Agencia Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC), los estafadores suelen establecer contacto a través de redes sociales, aplicaciones de citas, correos electrónicos o mensajes de texto. En muchos casos, se presentan como expertos en inversiones, figuras públicas reconocidas o incluso potenciales parejas románticas.
El objetivo siempre es el mismo: lograr que la víctima transfiera criptomonedas, que una vez enviadas, son irrecuperables. Para evitar caer en estos fraudes, es esencial reconocer sus principales características y las estrategias de detección más efectivas.
Uno de los métodos más utilizados por los estafadores es presentarse como “gerentes de inversión”. Según la FTC, estos individuos contactan a sus víctimas de manera inesperada y les prometen multiplicar su dinero si compran criptomonedas y las transfieren a una cuenta específica.
Para dar credibilidad a su historia, suelen dirigir a los inversores a sitios web que parecen legítimos, pero que en realidad son completamente falsos. En estos sitios fraudulentos, las víctimas pueden ver un supuesto saldo creciente en su cuenta. Sin embargo, cuando intentan retirar su dinero, se encuentran con barreras insalvables, como tarifas excesivas o la imposibilidad total de acceder a los fondos.
Este tipo de fraude se basa en generar confianza inicial, aprovechando la falta de experiencia de los inversionistas en criptomonedas. La clave para evitar este engaño es verificar siempre la autenticidad de cualquier plataforma de inversión y desconfiar de cualquier persona que prometa ganancias garantizadas.
Otra táctica recurrente es la suplantación de identidad de figuras públicas. Los estafadores crean perfiles falsos en redes sociales o envían mensajes directos haciéndose pasar por celebridades.
Según la FTC, estos perfiles fraudulentos suelen prometer que pueden duplicar o triplicar las criptomonedas enviadas por la víctima. En algunos casos, incluyen enlaces o códigos QR que supuestamente facilitan la transferencia de criptomonedas.
No obstante, cualquier cantidad enviada desaparece inmediatamente en manos de los estafadores. Ninguna celebridad legítima contacta directamente a personas para ofrecer oportunidades de inversión. Siempre se debe verificar cualquier promoción a través de los canales oficiales de las figuras públicas y empresas.
El fraude en criptomonedas no se limita solo a las inversiones. También, se extiende al ámbito personal, sobre todo en aplicaciones y sitios de citas. Según la FTC, los estafadores se hacen pasar por posibles parejas románticas y, tras generar confianza con la víctima, comienzan a ofrecerle consejos de inversión en criptomonedas.
En estos casos, el estafador puede pedir dinero directamente o sugerir que la víctima invierta en una plataforma específica. Una vez realizada la transferencia, desaparece sin dejar rastro.
Los usuarios deben entender que cualquier solicitud de dinero de una persona conocida en línea debe ser considerada una alerta roja. Para protegerse, es clave nunca enviar criptomonedas a alguien con quien no se tenga una relación establecida fuera del entorno digital.
Las promesas de altos rendimientos sin riesgos son una de los principales señales de fraude. Según la FTC, ningún asesor o empresa real puede garantizar ganancias, sobre todo en un mercado tan volátil como el de las criptomonedas.
Los estafadores suelen respaldar estas afirmaciones con testimonios falsos de supuestos inversionistas satisfechos o con el apoyo de figuras públicas. Además, las ofertas de dinero sin riesgo, ya sean en efectivo o en criptomonedas, son siempre fraudulentas.
La mejor defensa contra este tipo de estafas es que los usuarios deben recordar que en cualquier inversión legítima existen riesgos, y las ganancias nunca están aseguradas.

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