Existe una gran variedad de smartphones en el mercado y cada vez se van sumando nuevas optimizaciones tanto en sus procesadores como cámaras y pantalla. A continuación, una guía con los puntos más importantes a considerar cuando se va a comprar un móvil.
El procesador
El procesador es el corazón o cerebro del equipo. En principio, cuantos más núcleos tenga el chip mejor porque eso le dará mayor velocidad de procesamiento al celular. Los teléfonos Pixel, por ejemplo, tienen los procesadores Tensor, que se destaca por ofrecer una configuración formada por dos núcleos Cortex-X1 de alto rendimiento a 2,8 GHz, dos núcleos Cortex A76 a 2,25 GHz, y cuatro núcleos Cortex A55 a 1,8 GHz de bajo consumo. Por otra parte, integra un chip de seguridad dedicado Titan M2.
Por otra parte, Apple A15 Bionic es la última generación de procesadores móviles del gigante de Cupertino y se destaca también por su potencia y eficiencia energética. También cabe mencionar la última generación de procesadores de Qualcomm, MediaTek y Exynos.
Memoria RAM
La memoria RAM o memoria de acceso aleatorio se utiliza para almacenar datos que serán necesarios a corto plazo. El sistema operativo se ocupa de gestionar el acceso a las apps y otros elementos del sistema a la memoria RAM para que esos servicios almacenen datos de manera temporal, con el objetivo de que estén disponibles cuando sea necesario.
En la mayoría de los equipos modernos, Android incluye una gestión de RAM integrada que ayuda a optimizar el uso de los espacios disponibles en este recurso para que sean empleados por las apps, a medida que lo necesiten. Para lograr un funcionamiento óptimo se puede apuntar a un equipo con 8GB de RAM.
Para los que hacen un uso intenso del móvil, capaces de tener abiertas varias apps en simultáneo y que utilizan servicios que consumen muchos recursos del teléfono, entonces tiene que apuntar a 12 GB como mínimo.
Almacenamiento
El espacio de almacenamiento es muy importante especialmente para los usuarios que quieren tener sus fotos, videos y documentos en el móvil. Si bien es cierto que existe la posibilidad de hacer back up en la nube, es posible que algunos quieran preservar este contenido también en sus equipos para tenerlos a mano aun cuando no tengan conexión.
En la actualidad y considerando la cantidad de material que se comparte desde y hacia el móvil, hay que pensar en tener como mínimo 64 GB, aunque idealmente se podría apuntar a un equipo de 128 GB o 256 GB. Es cierto que, en el caso de Android, se puede recurrir a una memoria externa para ampliar este punto.
Cámara
El primer aspecto es considerar los tipos de lentes que tiene la cámara. Las cámaras incorporan diferentes lentes, y cada una cumple una función específica o le brinda al usuario una vista única, ampliando así las posibilidades de creación.
La mayoría de dispositivos actuales equipan un lente gran angular y uno macro para captar lugares con un mayor rango de visión o por el contrario, para tener todos los detalles de objetos pequeños como flores, animales etc.
Uno de los puntos a tener en cuenta son los megapixeles (MP) que ofrecen cada una de las lentes. Cuanto mayor es el MP, mayor es la cantidad de información que recibe la imagen, por lo que se podrían obtener fotos con mucho más detalle y un mayor rango dinámico de colores en cada fotografía.
Otro tema para tener en cuenta es si cuenta con inteligencia artificial que ayude a procesar las imágenes y optimizar aspectos como la luz. De esta manera, por ejemplo, se podría lograr buenas tomas en condiciones de poca luminosidad o a la noche.
Pantalla
A la hora de analizar la pantalla, el primer punto es saber si cuenta con tecnología LCD u Oled. Esta última se ha convertido en la favorita del mercado porque ofrece imágenes con mayor definición, contraset, brillos y negros más profundos. Además se destaca por su eficiencia energética.
Otro punto a evaluar es la tasa de refresco. Hoy en día lo mejor es apuntar a una tasa de 120 Hz que permite tener una experiencia visual más fluida, lo cual es muy relevante para consumir contenido por video y, sobre todo, a la hora de jugar videojuegos.
Luego hay que ver el tamaño del display. Usualmente se espera que tenga unas 6,5 pulgadas para que resulte cómodo y después hay que considerar también la resolución. Cuanto mayor sea, mejor. La resolución QHD+, por ejemplo, es lo que se viene imponiendo en la industria.
Batería
Esto es clave para tener una buena experiencia como usuario. Se recomienda al menos que el equipo tenga una batería de 4.000 mAh. Aquí también hay que saber si es compatible con carga rápida algo que evitará muchos disgustos. Otro factor a considerar es si se puede cargar la batería de forma inalámbrica y conocer si utiliza el estándar Qi, que es el más frecuente.
Resistencia al agua y al polvo
Aquí hay que ver el nivel de protección IP que tiene el equipo. Este parámetro hace referencia a una norma internacional para la calificación de dispositivos eléctricos y su capacidad de respuesta ante situaciones adversas como la exposición al agua o al polvo.
La protección que se suele encontrar en smartphones es la IP68 que garantiza que no ingrese polvo ni agua en el equipo aunque se sumerja en agua dulce, como mucho durante 30 minutos.