Más allá de la palabra oficial, el ataque que sufrió el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, en una protesta de choferes de colectivo por el asesinato de un compañero, caló hondo en el gobierno nacional. La primera muestra de ello fue el silencio en las horas que siguieron al incidente. No habló nadie del oficialismo. Hubo respaldo desde lo institucional al funcionario, pero no hubo declaraciones públicas.
El otro punto es que la situación social y económica es cada vez más asfixiante. Al combo inflación y salarios bajos se le suma la creciente inseguridad, que caldea los ánimos de la población. El corte en General Paz fue una manifestación puntual, movida por el dolor, pero al mismo tiempo también crece el hastío en las encuestas.
En ese contexto, el Presidente Alberto Fernández tomó una decisión llamativa horas después del hecho: suspendió su única actividad pública del día. Tenía agendado para las 18, en Ituzaingó, distrito del conurbano, asistir a una inauguración. La versión oficial da cuenta de un motivo climático, por probabilidades de lluvia, pero otros funcionarios, como el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, sí fueron.
Los hechos ocurridos esta mañana generaron un dolor de cabeza importante al Presidente. Inflación y seguridad son las mayores preocupaciones de una sociedad que todavía no se terminó de recuperar -física, psíquica y económicamente- de la pandemia del coronavirus. En pleno año electoral, episodios como el de hoy ponen alerta al oficialismo.
Lo ocurrido en Rosario semanas atrás, por la muerte de un nene de 12 años luego de una aparente disputas de bandas narco que terminó con una pueblada, también marca un antecedente. La paciencia es cada vez menor ante las injusticias y lo que buena parte de la sociedad interpreta como inacción por parte del Estado.
El otro dato es que el accionar de Berni de este lunes fue el de siempre. En efecto, el mayor capital del ministro es “estar en todas partes” y cada vez lo hace de esa manera, sin seguridad privada ni escoltas. Nunca antes había tenido problemas y no era este el primer conflicto candente al que asistía. De ahí el temor creciente en las altas esferas del Frente de Todos. La sensación es de vulnerabilidad.
Desde Nación decidieron respaldar el accionar de Berni. Hicieron a un lado las diferencias -incluso públicas- con el gobierno provincial y apoyaron al ministro de Seguridad bonaerense. “Yo hubiese hecho exactamente lo mismo que él”, confió Aníbal Fernández. Calificó como “locura” el ataque al funcionario y aseguró que “hizo bien en poner la cara ante el reclamo”.
Tampoco hubo apariciones públicas de la primera plana del gobierno provincial. No obstante, el apoyo a Berni es total. “Vamos a seguir trabajando todos los días para solucionar los problemas históricos de la provincia”, aseguraron desde el entorno del mandatario provincial. El mensaje fue dirigido también a la gestión anterior: “Nosotros nunca nos escondemos de los problemas, siempre los enfrentamos”. Y desde la mesa chica bonaerense dejaron una certeza: “Berni va a seguir en el cargo”.
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