El presidente Alberto Fernández activó la agenda con el sector privado y recibe a un grupo de empresarios en Olivos y en la Casa Rosada cada semana. El propósito de los encuentros es ponerse al tanto de la visión sectorial de la coyuntura y del largo plazo. También anota una serie de reclamos. Tasas y relocalización de la producción, entre los primeros tópicos abordados.
El Gobierno busca romper la barrera que el peronismo históricamente tiene con las compañías. Fernández lo intenta en almuerzos distendidos que pueden durar hasta tres o cuatro horas, donde intenta captar la mirada de los inversores sobre Argentina. El primer escenario fue la Casa Rosada, pero en una segunda oportunidad se realizó en la quinta de Olivos por cuestiones de la agenda del mandatario.
El encargado de tender ese puente es el Jefe de Asesores, Antonio Aracre, que hasta el año pasado se desempeñaba como director general para latinoamérica de Syngenta, una firma multinacional con peso en la agroindustria. Desde ese despacho buscan articular la agenda del Presidente con sectores claves para la economía.
La primera mesa fue el 9 de marzo y participaron, además de Fernández y Aracre, el jefe de Gabinete Agustín Rossi, el director ejecutivo de Bioceres, Federico Trucco y el CEO y cofundador de Adecoagro, Mariano Bosch. Las compañías expusieron sus casos de éxito y la plataforma de innovación. También se puso sobre la mesa la articulación con entidades públicas como las universidades.
Al margen de que los empresarios cuentan con diálogo fluido con el Ministerio de Economía, la coyuntura también centra en parte la atención de las reuniones. En este caso, no faltó mención al impacto de la sequía en el sector, que podría superar los u$s10.000 millones y también se puso sobre la mesa la problemática de la falta de acceso y financiamiento y las altas tasas de interés.
“La idea es que sea un espacio para abordar temas de largo plazo pero sin dejar afuera las cuestiones del día a día, queremos escuchar, queremos acercar su mirada al Gobierno”, explicó un funcionario a Ámbito. En ese sentido, contó que el mandatario se va siempre con “una serie de anotaciones, temas para trabajar”.
La segunda mesa fue el jueves pasado y estuvieron Sofia Vago, CEO de Accenture; Julia Bearzi, Ceo de Endeavor; Verónica Marcelo, CEO de Natura; Cecilia Giordano, CEO de Mercer; y Laura Barnator, CEO de Unilever. El propósito fue retomar la agenda del 8 de marzo, el rol de la mujer en la producción y la economía.
Uno de los temas que surgió en ese caso fue el proceso de relocalización de industrias que se está dando en el mundo post pandemia. “Va a haber una regionalización que Argentina y Brasil pueden liderar en términos productivos, tenemos que pensar políticas públicas para los cambios que se vienen”, señalaron desde el Gobierno a este medio.
La idea de Alberto Fernández es sostener estos encuentros de forma semanal. Clave de gestión, pero en un año electoral. La próxima mesa, según adelantaron las fuentes consultadas, será con jóvenes que lideran pequeñas y medianas empresas. En un año plagado de restricciones por la escasez de divisas, la merma en la recaudación, la incertidumbre política y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, un puente de diálogo entre Gobierno y empresas parece imprescindible. Queda la pregunta abierta de cuánto resistirán los vasos comunicantes.
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