Si bien el discurso de poco más de dos horas ante la Asamblea Legislativa estuvo más focalizado en las fuertes críticas a la Justicia y el respaldo a Cristina Kirchner, el presidente Alberto Fernández admitió la alta inflación, los salarios bajos y la pobreza, reforzó el crecimiento económico y se marcó como utopía lograr “la igualdad”.
Dijo ser conscientes de los problemas que atraviesa la economía y abundó que “la alta inflación es un factor central de desorganización de la economía, que se remonta a décadas” y que “no resulta tarea sencilla” reducirla como, dijo, está “abocado sin generar incrementos en los niveles de pobreza o frenos en el proceso de crecimiento”.
Prefirió seleccionar datos que dan cuenta del crecimiento del PBI en los últimos 2 años tras la fuerte caída en la pandemia, las expectativas de que 2023 sea el tercero consecutivo; las alzas en las distintas ramas de la actividad, el pleno empleo en 21 provincias, las exportaciones récord y la apuesta al gas de Vaca Muerta.
Además, Fernández cuestionó a quienes lo tildan de moderado y planteó como victorias haber sido “capaz de enfrentar a los acreedores privados y de ponerle freno a los condicionamientos que el FMI le había impuesto al gobierno anterior”.
Mencionó otra vez al Fondo Monetario Internacional, con el que acordó un programa de refinanciación de la deuda, al remarcar que no lo necesita para saber que el equilibrio de las cuentas públicas debe ser uno de los objetivos centrales de la Argentina.
“Ni yo ni el ministro de Economía (Sergio Massa) necesitamos al FMI para saber que debemos lograr el equilibrio fiscal. No podemos persistir con políticas que generan déficit en nuestras cuentas públicas. Porque, aunque no sea factible alcanzar ese objetivo de la noche a la mañana, el equilibrio fiscal debe ser nuestro horizonte”, dijo.
“Ni yo ni el ministro de Economía (Sergio Massa) necesitamos al FMI para saber que debemos lograr el equilibrio fiscal. No podemos persistir con políticas que generan déficit en nuestras cuentas públicas. Porque, aunque no sea factible alcanzar ese objetivo de la noche a la mañana, el equilibrio fiscal debe ser nuestro horizonte”, sostuvo.
Reforzó que “tampoco necesitamos al FMI para saber que la Argentina debe aumentar sus exportaciones. Si no generamos divisas no vamos a poder sostener nuestra actividad económica y eso va a significar menos trabajo y salarios más bajos. Cuidar el valor de la divisa es fundamental para seguir el camino del crecimiento”, planteó Fernández, quien dijo que seguirá propiciando la acumulación de reservas en el Banco Central (BCRA), aunque sin mencionar la sangría que evidencian.
Enumeró las obras públicas, construcción de viviendas, hospitales en el país, cargó contra la Corte por el reparto de fondos a la Ciudad de Buenos Aires y defendió a las empresas públicas (como YPF, Aysa, Aerolíneas Argentinas y Arsat) aun cuando generan déficit, por la contribución que hacen a la sociedad.
Más adelante, celebró la aprobación de la ley de moratoria previsional, que sancionó la Cámara de Diputados el martes, y pidió que el cronograma electoral no trabe las leyes de bioagroindustria, la creación de universidades nacionales y “otros proyectos que fueron postergados sin razón aparente”.
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