El encuentro entre la conducción de la CGT y Sergio Massa se postergó hasta el jueves de la semana que viene, en medio de una creciente expectativa por nuevas medidas con impacto en el bolsillo y en las cuentas de las obras sociales. El funcionario no dio precisiones cuando le pidió a la "mesa chica" de la central diferir la reunión pero en el sector se especulaba sobre la alternativa de un anuncio vinculado a las asignaciones familiares.
El ministro de Economía se contactó durante el fin de semana con la cúpula de la CGT para anoticiarla del cambio de fecha al 23 de febrero. Además de la zanahoria por eventuales anuncios, el líder del Frente Renovador habilitó un ascenso en el volumen político de la convocatoria, que se hará en la sede de la central y con la participación del Consejo Directivo, su máximo órgano de conducción.
Para entonces ya se habrá reunido este jueves la mesa política convocada por Alberto Fernández para delinear la estrategia electoral del Frente de Todos. Para esa instancia, de la que la CGT todavía no fue anoticiada formalmente, los sectores mayoritarios de la organización ya dieron un veredicto a favor de una postulación presidencial de Massa, tal como le adelantó a este diario Gerardo Martínez, titular de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) y encargado de las relaciones externas de la central.
Para la CGT el contacto con Massa representa la inauguración del año político para la central y el fin del receso veraniego. La expectativa inicial con el jefe del equipo económico está centrada en su plan de paritarias para este año. Como adelantó Ámbito Financiero en exclusiva, Massa pretende que el 60% de inflación estimada para este año en el Presupuesto 2023 se convierta en el número guía de las negociaciones salariales. El denominado plan "Salarios Justos" consiste en armonizar la política de ingresos con la de precios y la de tarifas en un acuerdo marco con los sectores del empresariado y el sindicalismo.
Esa iniciativa, si bien recibida con buenos ojos en un principio por los "gordos" de los grandes sindicatos de servicios de la CGT, encontró también algunas resistencias. La más previsible la enunció Pablo Moyano, quien indicó que sería "difícil" que todos los gremios aceptaran esa pauta en un contexto de inflación sin contención. Pero también lo hizo Gerardo Martínez, un exponente de los "independientes" de buen diálogo con todos los gobiernos y parte del entramado que sostiene la hegemonía en la conducción.
Los reparos a la pauta salarial de Massa en CGT pueden interpretarse desde la lógica del sentido común, en base a la imposibilidad del Gobierno para encarrilar el proceso inflacionario, pero también a partir de los incumplimientos del Ejecutivo a los compromisos que había asumido respecto de las obras sociales sindicales. De hecho, la última promesa la hizo Massa cuando les adelantó que en el último cuatrimestre de 2022 el Tesoro desembolsaría un total de 24 mil millones de pesos para compensarles a las prestadoras de los gremios el alza del costo de los servicios para sus afiliados discapacitados. De ese total apenas se ejecutaron 8 mil millones hasta el 31 de diciembre.
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