Después del acuerdo entre el kirchnerismo y la Casa Rosada para crear un espacio de diálogo formal de cara a las próximas elecciones para evitar que se desbocara la tensión, en los últimos días empezaron a gestarse los primeros acercamientos entre los dos sectores del Frente de Todos para discutir los términos de la convocatoria, la fecha y el lugar. Ya hubo una reunión presencial entre el ministro del Interior y representante de Cristina Kirchner, Eduardo de Pedro, y el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, mano derecha de Alberto Fernández. Pero aún están en discusión el estilo, las características, los objetivos y el sentido del nuevo ámbito.
El encuentro entre “Wado” y Olmos se celebró el miércoles en buenos términos, remarcaron desde ambos espacios, a pesar de los dardos cruzados en el conflicto puntual de la semana pasada. Pero ese primer contacto fue, en realidad, el inicio de una negociación. No casualmente tuvo lugar al día siguiente del cónclave convocado en Merlo por Máximo Kirchner con mayoría de referentes K bonaerenses para forzar al jefe de Estado para que instaurara la mesa nacional. Una movida que desembocó en la confirmación de ayer de la portavoz, Gabriela Cerruti, de que Alberto Fernández efectivamente convocará a un ámbito de discusión.
Más allá del acuerdo incipiente, ahora sigue el capítulo de las precisiones y a priori se perfilan diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Según hicieron trascender desde Presidencia, ambos retomaron los diálogos vía Telegram en los últimos días, pero desde el Senado prefirieron evitar confirmar o desmentir los contactos. Las charlas habrían sido sobre las características y objetivos del espacio, que genera cierto grado de apatía en ambos sectores.
Cerca del Presidente aseguran que bregarán por crear una “mesa de trabajo” o una “mesa electoral”. En la órbita K, en cambio, prefieren hablar de una “mesa política”. Detrás de las diferencias de los nombres, se esconden divergencias sobre los objetivos del espacio de diálogo. En la Casa Rosada apuntan a dirimir “cuestiones tácticas y técnicas”; en el kirchnerismo, que se discutan “temas de fondo”.
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