Las casi 11 horas que duró la audiencia de alegatos que sirvieron, entre otras cosas, para que la Fiscalía y los abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola, que representan a los padres de Fernando Báez Sosa, hicieran públicos sus pedidos de condena para los ocho rugbiers imputados.
La larga jornada comenzó con el alegato de los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García, quienes dividieron sus exposiciones.
En primera instancia, habló García y en su extenso relato detalló cada una de las pruebas que se expusieron a lo largo de las 14 jornadas llevadas a cabo en la ciudad de Dolores.
“Los rugbiers estaban esperando el momento de matar a Fernando. Aprovecharon que Fernando y sus amigos estaban distraídos, y que la policía se había tenido que ir, para atacarlo. Atacaron a traición”, aseguró.
Además, dijo que hubo 23 testigos presenciales del hecho, algo que no vio nunca a lo largo de toda su carrera. “Los imputados acordaron matar a Fernando y acordaron la estrategia para hacerlo. Todos lo golpearon”, sostuvo.
Luego, el fiscal Dávila describió el rol que cada uno de los imputados tuvo en la madrugada del 18 de enero de 2020 y, al finalizar, le dijo a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Dolores que los ocho detenidos debían recibir la pena de prisión perpetua, acusados todos como coautores del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.
“Todos hicieron todo y todos también impidieron que los amigos de Fernando pudieran ayudarlo”, agregó el fiscal.
La fiscalía hizo uso de su palabra durante casi tres horas, y fue en esa parte de la jornada que los padres de los rugbiers tuvieron que afrontar las primeras acusaciones contra sus hijos,
En la sala estuvieron presentes durante toda la jornada los padres de Ciro y Luciano Pertossi, los papás de Máximo Thomsen, los de Enzo Comelli, los de Matías Benicelli, los de Ayrton Viollaz, el papá de Lucas Pertossi y la mamá y hermana de Blas Cinalli,
Por momentos, algunos de los padres preferían mantener la cabeza gacha y no mirar las pruebas presentadas, mientras que otros solo estaban concentrados en escuchar los alegatos con mucha atención.
En un determinado momento, la mamá de Enzo Comelli rompió en llanto y debió ser contenida por su esposo, mientras que en más de una oportunidad los papás de Ciro y Luciano se abrazaron para apoyarse.
Lo cierto es que tras el turno de los fiscales, luego hablaron los abogados que representan a Silvino Báez y a Graciela Sosa, los papás de Fernando Báez Sosa.
Las inconsistencias de los rugbiers que la querella derribó
La tarea de Facundo Améndola durante los alegatos se centró en describir el rol de los imputados durante la golpiza. Pero, además, el abogado se encargó de desmentir a los rugbiers.
En primer lugar, habló de Máximo Thomsen, de quien dijo que en su declaración mintió, ya que ante el tribunal el acusado afirmó que luego de haber llegado a la casa que alquilaban en Villa Gesell tras el ataque ya no había usado más su celular, algo que quedó desestimado este miércoles cuando el letrado presentó un chat del joven en el que hablaba a las 6 de la mañana con una chica a la que invitaba a la vivienda para pasar “la noche” con él.
Por su parte, sobre los dichos de Blas Cinalli al momento de su declaración, Améndola comentó que el imputado mintió cuando dijo que no sabía que Báez Sosa había fallecido tras la golpiza, cosa que acreditó al mostrar unos chats en lo que el acusado le dijo a un amigo “flasheamos, matamos a uno, está todo Gesell diciendo eso”.
“Dicen que llegó al hospital sin signos vitales”, agregó Cinalli en otra conversación y, sobre eso, el abogado aclaró que a pesar de que sabía lo que había hecho, igualmente se fue a comer a una casa de comida rápida.
Del mismo modo, el letrado aseguró que Ciro Pertossi también sabía de la muerte de Fernando porque mandó a un grupo de WhatsApp que tenía con sus amigos que “el pibe” había “caducado”, algo que desmintió al momento de declarar.
“Hablar de Fernando como pibe, significa que el objetivo del ataque era él y no otro, todos sabían de quién hablaban”, sumó.
Por su parte, Fabián Améndola, el último de los abogados en exponer, desterró por completo que los acusados hubieran estado alcoholizados al momento del crimen; algo que intentaron instalar en sus declaraciones.
“Es importante hacer la aclaración, porque con esta cuestión puede estar en juego la imputabilidad de los acusados. A las 16 del 18 de enero se les hizo un reconocimiento médico y ninguna prueba indicó que hubieran estado alcoholizados. Además, durante la golpiza los imputados se manejaron en un perfecto estado de conciencia”, aseguró.
De ese modo, finalmente Burlando volvió a tomar la palabra y, tras mostrar una serie de videos que señalaban el accionar de cada uno de los agresores, pidió que los ocho sean condenados, al igual que la fiscalía, a la pena de prisión perpetua como coautores del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Báez Sosa en concurso ideal con el delito de lesiones leves por los amigos de Fernando”.