En la jornada once del juicio oral contra los ocho rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa, Juan Pedro Guarino, uno de los sobreseídos del grupo, prestó testimonio al Tribunal Oral Nº1 de Dolores por más de dos horas y al concluir su declaración le dio sus condolencias a la familia de la víctima.
“Quiero darle mis condolencias a la familia, que nunca pude hacerlo. Todos los días desde qué pasó me pregunto si podía haber hecho algo para que no pasara, nada más”, cerró Guarino al finalizar su declaración de más de dos horas. Esas últimas palabras fueron al terminar su declaración y cuando había solicitado “permiso” a la presidenta del tribunal para hacerlo.
Al inicio de su declaración, el joven dijo que era “amigo” de todos los imputados, aunque con Luciano y Ciro Pertossi tenía más cercanía. Luego fue interrogado por el abogado querellante Fernando Burlando, que abrió el juego a las preguntas del fiscal Juan Manuel Dávila y el defensor Hugo Tomei.
En algunos pasajes, Guarino tuvo que incorporarse para señalar algunos videos en la pantalla de televisión que hay en la audiencia y quedó posicionado frente a los rugbiers acusados, pero en ningún momento los miró a la cara. “Seguí juntándome con mi grupo de amigos, ellos saben cómo soy yo y dentro de todo esto, fui a la psicóloga, me cambié de carrera”, resumió el testigo.
Tras su salida del Tribunal se detuvo a dialogar unos minutos con la prensa y muy conmovido expresó: "Es muy doloroso para mí, para mi familia y para la de Fernando. Yo lo único que quiero es justicia". "Espero que con mi ayuda de hoy puedan encontrar un poco más de paz. Quiero que ellos se hagan cargo porque la verdadera justicia sería que Fernando vuelva y eso no va a pasar por culpa de ellos", manifestó al finalizar. Luego se retiró junto a su padre en una camioneta y agradeció el apoyo.
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