El jefe de Gabinete, Juan Manzur, ya tiene decidida su salida del gabinete de Alberto Fernández. Incluso, fecha. A más tardar, fines de enero. A pesar de la resistencia del Presidente, parecen inevitables -y hasta lógicas- las fugas de los dirigentes para retener el poder en sus territorios.
Si bien el último miércoles Alberto Fernández deslizó públicamente un ofrecimiento a Manzur para habilitarlo a tomarse licencia como Jefe de Gabinete durante el lapso de la campaña a gobernador en Tucumán en mayo para luego regresar, la oferta ya habría sido rechazada.
Manzur no se moverá un centímetro de su planificada hoja de ruta electoral para el 2023. En principio, en febrero regresará a Tucumán para encarar la campaña de la que será el candidato a vicegobernador en fórmula con Osvaldo Jaldo, su actual suplente en el Ejecutivo local.
En Tucumán, Manzur mide arriba del 55 por ciento y es el único capaz de disciplinar y ordenar al peronismo provincial. Superado el proceso electoral local, iniciaría una segunda campaña: la presidencial.
Pero más allá de eso, Manzur nunca archivó su plan Juan 23. Fue gobernador dos veces, vicegobernador en otras dos oportunidades y ministro de Salud nacional. Pero tiene un plus: trabajó como secretario de Salud en La Matanza, momento en el que empezó a trenzar una buena relación con muchos de los actuales intendentes peronistas y con Verónica Magario, la actual vicegobernadora bonaerense.
Las alternativas que evalúa Alberto Fernández para reemplazar a Juan Manzur
Alberto Fernández, que abriga su propio sueño electoral, no tiene muchas alternativas para reemplazarlo. La más obvia es la de nombrar a Santiago Cafiero, pero el actual canciller nunca mostró tener peso específico para ese cargo.
En ese puesto se requiere no solo administrar un gobierno, sino saber sintetizar los intereses de los gobernadores. Y en ese punto, Manzur tiene una excelente relación con los mandatarios peronistas del Norte, que podría ser parte del armado de un proyecto presidencial. Tampoco Juan Manuel Olmos, actual vicejefe de Gabinete, ni Agustín Rossi serían fuertes en ese punto.
¿Puede reclinarse entonces Alberto sobre Eduardo Wado De Pedro? Es difícil. Wado es uno de los nombres que puede manejar La Cámpora para su propio proyecto presidencial, pero Alberto Fernández nunca logró una relación fluida con él, que le responde a Cristina. Y la relación entre Alberto y Cristina está rota.