Tras el discurso de Alberto Fernández, la oposición de Juntos por el Cambio quedó por primera vez desde las elecciones en estado de fractura. Fue por la decisión del bloque del PRO de irse del recinto en medio de la sesión, y forzando un escándalo. El resto de Juntos por el Cambio no acompañó, y se quedaron en sus bancas sentados. Tanto el bloque del radicalismo, como la Coalición Cívica de Elisa Carrió y Encuentro Federal de Margarita Stolbizer y Emilio Monzó se mantuvieron en su lugar.
"Una vez y media que diga 'Ah! pero Macri' y nos vamos", anticipó una alta fuente del PRO. La estrategia se había pensado mucho antes de que el Presidente arrancara. Era claro que Alberto iba a mencionar una o dos veces al expresidente Macri o a su gobierno.
Pero algo pasó en el medio. El discurso de Alberto Fernández era más moderado de lo esperado. Por supuesto hubo reparto de culpas. También hubo algo de autocrítica. Pero la decisión del PRO se había tomado antes y no había margen para dar marcha atrás.
Había pasado la cuarta parte del discurso y no había excusas para irse. Pero luego empezó el capítulo del FMI: "Las políticas aplicadas por la última dictadura militar, las políticas que derivaron en la crisis del 2001 y las políticas impuestas en los cuatro años que precedieron nuestra llegada al gobierno, son prueba de lo dicho", dijo Alberto.
Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO empezó a moverse de su banca. Se recostó para atrás, miró a sus compañeros. No era el momento. El discurso de Alberto siguió. Pasaron varias páginas. "Es muy ingrato ver que, viniendo de años tan difíciles, los niveles de polarización política están llevando a algunos compatriotas a debates y enfrentamientos estériles", planteó.
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