Cuando Mauricio Macri empezó a acercarse a Javier Milei, algunos radicales históricos ya vaticinaban una reedición de la convención de Gualeguaychú, donde la UCR decidió aliarse al PRO. Pero esta vez para hacer el camino inverso. Esa idea recobró fuerza con las críticas que lanzó Facundo Manes al ex presidente pero con otros condimentos. Tanto Gerardo Morales como el neurólogo ratifican la unidad en Juntos por el Cambio pero no logran ponerse de acuerdo en dos puntos sensibles: fórmulas cruzadas y nuevas alianzas.
Manes y Morales están abiertos al diálogo para hacer las pases. Sin embargo, en los puntos estratégicos que debe definir el partido centenario para las próximas elecciones siguen sin ponerse de acuerdo. Uno de esos puntos lo volvió a introducir Martín Lousteau cuando fue consultado por la interna que se desató en el radicalismo a raíz de la denuncia del neurólogo a Macri por espionaje y “populismo institucional”.
“La mejor manera de abordar esto es con fórmulas cruzadas”, lanzó el líder de Evolución, en una entrevista televisiva, como respuesta a las múltiples candidaturas presidenciales que tiene Juntos por el Cambio. Inicialmente, esa idea fue propuesta por los armadores de Horacio Rodríguez Larreta para poder enfrentar al Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires.
El que más se resiste a esa estrategia es Manes. Algunos radicales creen que en la próxima Convención planteará fórmulas puras y hasta podría acusar “justificadamente”, analizan, de “traidores” a aquellos que quieran cerrar un trato con el partido amarillo. ¿Cómo se resuelve esa interna? Con los votos de los convencionales.
La Convención Nacional de la UCR es el órgano encargado de establecer las pautas electorales. Además de tener a su hermano Gastón como presidente, Manes cuenta con un nuevo factor en su poder: la provincia de Buenos Aires. “El territorio bonaerense representa el 45% de los convencionales”, especulan algunos correligionarios que no descartan que con esa carta el neurólogo gane la pulseada.
“Facundo quiere discutir la identidad de la coalición”, responden en su entorno y también hacen números: “No son muchos los que tomaron distancia de sus declaraciones sobre Macri”. Además del apoyo público de Alfredo Cornejo -quien consideró que lo cuestionaron con una “vara distinta” a la que se criticó a otros dirigentes como Elisa Carrió o Gerardo Morales cuando apuntaron contra el ex presidente- aseguran que también recibió el respaldo de otros correligionarios en privado.
Pero hay un punto a tener en cuenta: “Facundo no puede negarse a una fórmula mixta con el PRO y proponer una con Juan Schiaretti”, dicen. Ese es el segundo punto que el partido no termina de definir. Cuando Gerardo Morales fue consultado por la posibilidad de ampliar el espacio respondió: “Con los que estamos, estamos. Y ya bastante lío tenemos los que estamos”.
Si bien Manes tiene el apoyo de una parte de los radicales, hay otro sector que cree que es un outsider, inorgánico, y que todavía no termina de encolumnar al partido detrás de su candidatura por la falta de mejores números en las encuestas. Es ahí donde su entorno maneja una fecha -como meta- para terminar de imponerse con su figura política y con su estrategia: marzo del 2023.
Para ese momento esperan tener al neurólogo entre los 15 y 18 puntos. Mientras tanto, analizan los pasos a seguir en su nueva etapa electoral, intentando dejar atrás el escándalo por su denuncia sobre los Servicios de Inteligencia, algo en lo que sí coinciden todos los referentes de la UCR. Lo mismo hará Morales.
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