Argentina se encamina a un nuevo mes en el que la inflación rondará el 7%, quedando aún tres meses por delante para finalizar el 2022. En este contexto, la pauta de incremento salarial de gran parte de los sindicatos a comienzos de año quedó atrasada, por lo que los gremios irán por una nueva reapertura en octubre. Con este y otros temas en agenda, Alberto Fernández se reunió con las cabezas de la CGT en la Quinta de Olivos.
Participaron Héctor Daer y Carlos Acuña, el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, Armando Cavalieri (Comercio), José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (Construcción) y el Ministro de Trabajo, Claudio Moroni. El menú fue asado.
Moroni está enfrascado en un tenso conflicto gremial con el SUTNA (Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentina) que reclama una suba salarial y mantiene una parálisis en las fábricas.
“Nosotros queremos paritarias libres”, señaló Daer. La frase no es azarosa. Preocupados por la alta inflación, desde el Gobierno están ante la dicotomía del deseo de que todos los sindicatos superen el Índice de Precios al Consumidor (IPC) pero que ese incremento no se traslade a la suba de precios.
El presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el Ministro de Economía, Sergio Massa, coinciden en que se reabran las paritarias y que cada gremio saque lo que más pueda. El ministerio de Trabajo sabe que debe homologar esos acuerdos y esa garantía dio a los diversos sectores en que está dividido el sindicalismo argentino.
La que parece estar estancada, por ahora, es la alternativa de pagar una suma fija a todos los trabajadores públicos y privados. No lo quiere la mayoría de los gremios y no lo quieren los empresarios. “Lo del bono es aparte”, confirmó Daer.
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