Una dosis de vacuna heteróloga (diferente) de refuerzo aumentó de manera significativa la inmunidad contra el coronavirus en adultos mayores, y notablemente contra la variante Ómicron, según un estudio liderado por especialistas del Conicet, publicado en la revista internacional The Lancet Infectious Diseases.
El estudio publicado en The Lancet, revela que una dosis de refuerzo heteróloga aumenta de manera muy significativa el nivel de anticuerpos contra el coronavirus en adultos mayores que recibieron previamente dos dosis de Sinopharm, según un comunicado del Conicet.
El estudio, liderado por especialistas del Conicet en colaboración con profesionales de PAMI, comenzó hace casi dos años y analizó la respuesta inmune en un grupo de 124 voluntarios, con un promedio de edad de 79 años, que recibieron dos dosis de Sinopharm y refuerzos con distintas vacunas.
“El nuevo estudio muestra lo valioso de la articulación lograda durante la pandemia entre investigadores del Conicet y sectores de Salud”, indica Andrea Gamarnik, líder del trabajo e investigadora superior del organismo en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET Fundación Instituto Leloir).
Y agrega: “La información obtenida en esta investigación es de utilidad para la toma de decisiones concernientes a los esquemas de vacunación en nuestro país como así también en otras partes del mundo donde se emplea la vacuna Sinopharm”.
“Nuestro estudio aporta evidencia científica útil para la toma de decisiones por parte de las autoridades sanitarias de nuestro país y resalta la importancia de promover la aplicación de dosis de refuerzos para evitar nuevas olas de la pandemia”, concluye Gamarnik.
En la investigación se definió el nivel de anticuerpos y la capacidad de los mismos para neutralizar a Ómicron y a la variante original de Wuhan (B.1) tras analizar muestras de sangre de los voluntarios a los 21, 100, 160 y 220 días después de aplicadas dos dosis de Sinopharm.
En un segundo paso, los voluntarios se dividieron en tres grupos que recibieron una dosis de refuerzo diferente: AstraZeneca (basada en adenovirus), Sputnik V (vacuna basada en adenovirus) y Pfizer-BioNTech (vacuna basada en ARN mensajero). Y se les midió la cantidad de anticuerpos y su actividad neutralizante a los 21 y 90 días.
“La aplicación de una dosis heteróloga de refuerzo elevó los niveles de anticuerpos IgG más de 350 veces y la seropositividad, es decir la presencia de anticuerpos específicos, se detectó en el 100 por ciento de la cohorte, respuesta que se mantuvo 90 días después del refuerzo”, indica Gamarnik, quien lideró el desarrollo de COVIDAR, el primer test serológico argentino que sirve para medir anticuerpos contra el nuevo coronavirus y fue aprobado por la ANMAT.
Además, en cada grupo el refuerzo aumentó notablemente la capacidad de los anticuerpos para neutralizar a la variante Ómicron.
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