El peronismo enfrentó uno de los peores resultados electorales de la última década. Midió fuerzas en cuatro provincias y el mejor resultado lo obtuvo en Chaco, en donde el exgobernador Jorge Capitanich se ubicó más de 10 puntos abajo de la alianza del oficialismo local con La Libertad Avanza.
En Salta y Jujuy quedó relegado a un tercer lugar cómodo, y en San Luis, aunque fue la segunda fuerza más votada, la diferencia que le sacó el oficialismo superó los 20 puntos.
Los datos no son alentadores para la fuerza que pretende posicionarse como “la única alternativa al presidente Javier Milei”. Las contundentes derrotas abrieron interrogantes respecto de la estrategia electoral y dirigieron la mirada a la presidenta del Partido Justicialista, Cristina Kirchner.
En los PJ provinciales creen que la decisión de la exmandataria de mantener las intervenciones del partido en Salta y Jujuy fue clave para la fuga de dirigentes hacia los oficialismos locales, pero también cuestionan que los candidatos que lideraron las listas fueron “puestos a dedo” por los interventores designados por la expresidenta y no resultaron suficientemente competitivos para enfrentar alianzas de peso.

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