A través del decreto 1112/2024, el Gobierno habilitó a las Fuerzas Armadas a colaborar en cuestiones de seguridad interior tales como actuar ante amenazas terroristas y colaborar con el control de las fronteras. Para hacerlo, la gestión de Javier Milei derogó un viejo decreto 727/2006, que les prohibía a los militares poder participar de operaciones de esta clase. En concreto el decreto permite la participación de las fuerzas ante agresiones de actores como organismos paraestatales extranjeros, terroristas u otras organizaciones transnacionales, “que puedan afectar intereses vitales” y además contempla la posibilidad de que participen en la vigilancia y el control de los espacios en las zonas fronterizas para “fortalecer el control en áreas sensibles”. Para lograr cumplir con estos nuevos objetivos, las Fuerzas Armadas se someterán a un nuevo adiestramiento y capacitación en función del flamante marco legal, en el que tendrán intervención en posibles amenazas de organizaciones del exterior, ya sean estatales como no estatales. En esta nueva preparación se tendrá en cuenta que el eventual combate a un grupo terrorista se podría dar en ciudades, a corta distancia sin tropas abiertas como plantea un escenario de guerra convencional.
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