Los residentes de la Argentina tienen USD 235.995 millones en dólares contantes y sonantes. La cifra incluye depósitos en el país, colocaciones en el exterior y billetes que están en el colchón: cajas de seguridad o cualquier otra forma de atesorarlos fuera del sistema financiero. Es un 210% más, el triple, que en 2006, cuando los privados tenían en total USD 76.003 millones.
Los dólares en manos de argentinos se duplicaron entre 2006 y 2015. Para luego volver a crecer fuerte durante los 4 años sin trabas cambiarias del gobierno de Mauricio Macri, en particular luego de la crisis de balanza de pagos de 2018, que disparó el pedido de auxilio financiero al FMI.
Ahora, el crecimiento es más lento. Pero no se detuvo. Esas tenencias aumentaron en USD 6.546 millones en el último año, tomando el último dato oficial que llega hasta el tercer trimestre de 2021. Los controles de cambio y la caída de la capacidad de compra en moneda extranjera del peso limitaron la capacidad de los ahorristas de refugiarse en dólares.
En 2020, momento de mayor impacto de la pandemia de Covid-19, los activos externos en divisas habían subido USD 8.270 millones. Un año antes, en 2019, el desplome del peso argentino tras las PASO presidenciales de agosto e imposición del cepo en septiembre, la cifra de crecimiento había sido récord: las tenencias habían saltado en USD 30.696 millones.
Las sucesivas crisis, la pérdida de valor del peso argentino y las memorias de confiscaciones de depósitos en divisas conspiran para que todo ese ahorro no se pueda aprovechar en la Argentina. La cifra es representativa porque incluye estimaciones de dólares que ni siquiera están declarados.
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