Ómicron aún es la principal variante del coronavirus que afecta a las personas que adquieren la infección COVID-19. Fue detectada en noviembre pasado y clasificada como variante de preocupación inmediatamente. Pero el virus sigue evolucionando y nuevos sublinajes de Ómicron están surgiendo y afectando a más personas, además de que están produciendo nuevas olas de contagio.
Se trata de los sublinajes de Ómicron BA.4 y BA.5, que fueron identificados por investigadores en vigilancia genómica de Sudáfrica. Varios estudios publicados la semana pasada muestran que esos sublinajes son ligeramente más transmisibles que el sublinaje Ómicron BA.1 -que generó la ola explosiva entre noviembre y enero pasado-, y pueden esquivar parte de la protección inmunitaria conferida tanto por haber tenido la infección como por la vacunación.
“Definitivamente estamos entrando en un resurgimiento en Sudáfrica, y parece estar impulsado totalmente por la BA.4 y la BA.5″, afirmó Penny Moore, viróloga de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, Sudáfrica, cuyo equipo está estudiando las variantes.
Si bien están produciendo más contagios, los científicos afirman que aún no está claro si las subvariantes BA.4 y BA.5 provocarán un gran aumento de las hospitalizaciones en Sudáfrica o en otros lugares. Los elevados niveles de inmunidad de la población -dados por las anteriores olas de infección por Ómicron y por la vacunación- podrían atenuar gran parte de los daños anteriormente asociados a las nuevas subvariantes.
El aumento de las circulación de los sublinajes BA.4 y BA.5 como el de otra subvariante de Ómicron detectada en los Estados Unidos, que llaman BA.2.12.1 podría significar que las olas de la pandemia están empezando a establecerse en patrones predecibles. “Estos son los primeros indicios de que el virus está evolucionando de forma diferente”, en comparación con los dos primeros años de la pandemia, cuando las variantes parecían aparecer de la nada, afirmó el doctor Tulio de Oliveira, bioinformático de la Universidad de Stellenbosch, Sudáfrica, quien descubrió Ómicron en noviembre y siguió haciendo otros estudios de monitoreo.
Al analizar los genomas virales de muestras clínicas, de Oliveira y sus colegas descubrieron que BA.4 y BA.5 surgieron a mediados de diciembre de 2021 y a principios de enero de 2022, respectivamente. Los linajes han ido aumentando su prevalencia desde entonces, y actualmente representan entre el 60 y el 75% de los casos de COVID-19 en Sudáfrica. Los investigadores también han identificado las variantes en más de una docena de otros países, principalmente en Europa.
Al observar el crecimiento del número de casos de BA.4 y BA.5 en Sudáfrica -que ahora es de una media de casi 5.000 al día, desde un mínimo de unos 1.200 en marzo-, el equipo de Oliveira estimó que las subvariantes se están extendiendo ligeramente más rápido que el sublinaje BA.2 de Ómicron. A su vez, el sublinaje BA.2 es un poco más transmisible que el sublinaje de Omicron, BA.1. El estudio se ha publicado en el servidor de preimpresiones de medRxiv y aún no ha sido revisado por expertos.
El aumento de la transmisibilidad es “una gran ventaja”, de magnitud similar a las ventajas que algunas otras variantes del coronavirus de rápida propagación tenían sobre sus predecesoras, afirmó Tom Wenseleers, biólogo evolutivo de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica. “Tomando todo junto y mirando todos los datos, parece que una nueva ola de infección considerable está por llegar”.
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